Alargando el tiempo

Si llego a saber que teníamos tan poco tiempo, le hubiera restado horas al reproche, a la indiferencia, al desencuentro, y hubiese alargado las miradas, los abrazos, haciendo, si cabe, más largos los besos, para tener más segundos de ti en mi boca, en mis ojos, en mi pecho…

Y, sí, llego a saber, al fin, que no se trata de tiempo, ni siquiera de cómo nos gestiona el tiempo, sino de cuánto amor despierta en cada instante dormido que sueña con darle cuerda a la eternidad…

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga