El centro es el Sitio

Cuando era niña iba con mis padres a recoger aceitunas a una ladera sombría que, orientada hacia el norte, el sol no tocaba hasta bien avanzado el día. Mis ojos miraban con impaciencia cómo los rayos dorados iban deslizándose por la vertiente de enfrente -avanzaban tan despacio-, y mis manos heladas querían empujar al sol para que llegase cuanto antes a mi cuerpo…
Acaso por impaciencia o quizá por falta de resistencia ante los fríos de la vida, he dejado mi sitio muchas veces para ir a buscar el sol del corazón en otras laderas del mundo. Además del norte, diría que incluso perdí la brújula con tantos desplazamientos. Aprendí, sin embargo, que no yerra la desorientación si ve el centro en cada uno de los puntos que configuran la circunferencia o periferia de cada experiencia. Y el centro es el Sitio, porque ahí siempre alumbra el Sol.

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga