Ser en la vida Romero

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.

… Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

Así, como en estos versos de León Felipe, he vuelto al Camino de Santiago después de hacer otros caminos en lo concreto de la vivencia y en lo abstracto de la página. Por eso de que no se acostumbre la mirada a perfilar el mismo paisaje, regreso como una niña con zapatos nuevos a los mismos lugares que curaron mis ampollas y hospedaron el cansancio peregrino. Con la mochila más ligera ahora. Con las preguntas de antaño transformadas hoy en canto.

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga