La magia del turrón

Al calor de una lumbre encendida en un día lluvioso, viene la fuerza del cacao que llegó de las selvas tropicales a encontrarse con la dureza de las almendras y la dulzura del azúcar y la sustancia del trigo… Antes de ponerle manos a la masa, por si alguien se pregunta dónde está la magia de estas relaciones, acuden las presencias poéticas y dejan caer en el lebrillo unos versos con simientes de trigo, cual si fueran lluvia de oro que trajese consigo los mismos vientos que hicieron verdear las mieses; o encantan a la pasta con rimas de flores blancas, asociando el almendro con la pureza del primer amor y la llegada de la primavera….
Algo mágico empieza a sentirse en esta reunión, ¿verdad que sí? Pues ahora es cuando se ponen las manos a trabajar la masa, y yo, que estoy ahí como ayudante de cocina y también como aprendiza de poetisa maga, miro esas manos tan queridas, agrietadas de tanto hacer dando y cuidando, de tanto dar haciendo, que han entregado a lo largo de su vida tanto, y a las que sé me faltará tiempo para retornarles todo cuanto me dieron y me siguen entregando… Pues eso, miro yo con esa mirada que recoge lo esencial en un instante, y siento el amor que me brota del pecho yéndose hacia esas manos, que a su vez lo esparcen en la masa del turrón… Y, bueno, no sé si he respondido dónde está la magia del asunto pero estoy segura que cada cual la ha sentido ahí donde ésta le ha tocado…

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga