Alguien dijo una vez que hay libros con tanto corazón, tan vivos, que influyen irremediablemente en el destino del lector que viaja a través de sus páginas. En las lecturas que acompañan el desarrollo personal de niños, adolescentes y adultos, el lector encuentra libros didácticos que van sembrando en el jardín de su mente la abundancia de términos, dichos y expresiones en los que florece el lenguaje; otros enigmáticos que le mantienen en suspense hasta altas horas de la madrugada; y unos pocos que saborea a ritmo lento como un delicioso placer que quiere prolongar en el tiempo. Algunos le hieren con sus desgarradoras tramas, y están aquéllos que graban un paisaje en su mirada que ningún crepúsculo venidero podrá ya oscurecer.
Hay libros que, entre sus líneas, van desvelando el alma del lector, y es esta revelación maravillada la que hace que nuestro amigo ya no sea el mismo, o lo sea más de como antes lo era. Hay otros que con sólo abrirlos le sonríen, invitándole a viajar por esos universos donde aún se mantiene viva la magia, y cuyos sueños colorean la realidad de sus días. Pero lo cierto es que en casi todos los libros palpita el conocimiento, y aunque lo que se relate en ellos nunca sea la realidad completa, el lector va bebiendo progresivamente, sorbo a sorbo, de las fuentes de la verdad.
GIRASOLES AL AMANECER en Huércal de Almería // en el Día del Libro
¡¡¡Gracias, amig@s, por tanto corazón que pusisteis en vuestra escucha!!!