No dije adiós porque el alma nunca se despide.
En ella queda el saber y la confianza del reencuentro.
Tal vez en estas tierras, quizá en otros universos;
tal vez con estos ropajes,
o quizá llevemos otros cuerpos, otras formas,
otros rostros…
Yo sé que en algún lugar nos miraremos de nuevo
y sabré reconocer esos ojos,
aun sin acordarme de aquellos que me vieron antes,
aun sin saber cuántos paisajes compartimos…
Extracto del libro Girasoles al Amanecer