Paisajes cambiantes

Un estanque de aguas quietas y transparentes. Paz y armonía en el flujo de las emociones hasta que una piedra es lanzada en la superficie cristalina rompiendo el hermoso rostro de un sentir. La reacción primera es culpar a la piedra, o a la mano que la lanzó, incluso hacer culpable a la impermanencia de la belleza. Pero si soy paciente puedo ver que, después del caos y finalmente, la imagen estancada se transforma en otro paisaje que refleja la hermosa faz de otro sentir…

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga