Semillas de amor

Alguien me dijo una vez que nunca brota una flor por muchas semillas que pongas en una piedra.
Luego comprendí que sí, que puede suceder lo imposible cuando hago lo posible.
Y esto mismo sucedió la vez que lancé una semilla de amor al vuelo, por no dejarla en mitad del camino expuesta a ninguna suela de algún zapato.
Yo no digo que sea para tropezarse, pero las piedras están por todos lados y en una de éstas cayó mi semilla de amor. Concienzuda yo, me fui a buscarla para ponérselo más fácil y dejarla sobre la tierra. Lástima que, entre tantos peñascos, ya no la encontré.
Entonces fue cuando el momento me dijo:
«No te preocupes por lo que de ti no depende. Marcha tranquila porque tu intento ya hizo la siembra y mira cómo floreces tú entre tus piedras…»

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga