Fluyendo

Después de tantos trazados en el aire, que hacen y deshacen los contornos del sentimiento, fluyo y refluyo en el elemento agua, sin sujetar la mirada en esa orilla que excluye la otra, el lado opuesto; ya sea en forma de pretensión afanosa por estar en otro lado, o en los múltiples argumentos que elabora el rechazo.
Fluir, al menos en mi caso, no quiere decir que todo se lo ha tragado el agua, sino que abrazo a la consistencia de la piedra que encuentro a mi paso, sin pelearme con ella, aprendiendo de la naturaleza que se manifestó así y ahí.
En mi caso al menos, fluir es también dejarme abrazar por las dos orillas que configuran mis contornos en constante y natural oposición…

En el mediodía del verano

En julio el melón echa dulzor, color y sabor … (dice el refranero)

En el núcleo del verano, arde julio, intenso, caluroso, con las merecidas vacaciones por vivir, o ya disfrutadas por quienes hacen caso omiso a los refranes y gustan de degustar el frescor de un melón antes que su dulzura.
Ya está aquí julio, con su mediodía soporífero, cuando el sol se deja caer en los poros de la piel, y pesan los pasos en las aceras urbanas, y pesan los párpados, entornándose en cada mirada como cortinas que amortiguaran el exceso de luz… Ya podemos saborear las noches estivales, de verbena, de paseos a la fresca orilla de un río, o de un bulevar marítimo, cuando los pasos se aligeran de pesadez en pausada lentitud, como si se deslizaran en la humedad de la brisa, mientras los ojos se abren, sin cortinas ya, a un cielo estrellado que mira impasible por encima de las trémulas luces de neón…

Ser viento

Abrirme al soplo del viento
y ser por un respiro aire.
¿Sólo aire soy yo?
El viento responde con más fuerza
y soy por un momento huracán
que sacude las quietudes de la contemplación…

Vientos cambiantes

Sopla y sopla el viento por estas geografías, removiendo los posos de las aguas emocionales. En la turbidez de la mirada me impaciento porque el aire se aplaque para sentirme en paz con cada circunstancia. Recuerdo entonces la cantidad de condicionantes que le pongo a la vida para sentirme satisfecha con la vida. Algo así como si no pudiese amar el invierno en su desnudez y hubiera que vestirlo de primavera… o como si, llegada la primavera, no distinguiera mis matices entre tantos colores…

Las piedras

Las piedras llevan en sí mismas todas las miradas cristalizadas: el escultor las ve de una manera, de otra el arqueólogo, el orfebre, el chamán, el caminante… Yo diría que el agua que va rodando los cantos es la única que conoce sus secretos, pero se los lleva corriente abajo…

A veces me olvido

Respiro hoy en ése:
Sostener la mirada del amor
y sentir cómo el amor me sostiene en su mirada.
Pero a veces me olvido de respirar
y, en el sopor del olvido,
sostengo la idea allí,
cuando el amor me está mirando desde allá.

Lo sustancial

Los pensamientos cambian como las estaciones y las circunstancias, lo sustancial es lo que permanece en el transfondo de cada movimiento.
La voluntad no es un pensamiento.
La fuerza no es un pensamiento.
El amor no es un pensamiento.
Estas potencias son las que perviven más adentro de la idea, más allá de los cambios inherentes al espacio y el tiempo.

Complicidad

A veces la sonrisa se esconde por detrás de la máscara,
como si no quisiera mostrar el corazón que lleva consigo.
Sin embargo, alguna vez, la sonrisa centellea cómplice,
como diciéndole a ese corazón que la mira:
¡Qué bueno que nos hemos encontrado en el mismo escondite! 

La acción necesaria

Me gusta verme en los ojos ¿cándidos? -sí, los tuyos- que se empeñan en esquivar la fealdad del mundo y extraen la mejor imagen de allá donde se fijan. Y tú, amigo, estarás de acuerdo cuando te digo que esas fotografías preciosas son muchas, incontables, pero se duermen en el fondo del álbum memorial, como si el impacto de la mirada crítica fuese más contundente en su empeño de estar siempre despierta, en portada y de actualidad.
“Basura por todas partes”, grita el ¿opinante? -sí, ése de allá- y en todos los rincones del parque se oye la voz de alarma, y todos hacen coro de opinión ante la queja… Hasta que llega una mano ¿incondicional? -sí, la tuya-, y su gesto silencioso deja pulcro el lugar, poniendo en su lugar el abandono de otros.
Apenas se escucha ni retumba el silencio de la acción necesaria.
¡Sí, amigo mío! Me gusta ver a través de la inocencia. Y, cuando ésta me presta sus ojos, noto que me envuelve una sonrisa cándida, libre, despreocupada de lo que pueda ser, ocupada plenamente en lo que ahora está siendo, sin creerse demasiado el cuento del futuro ni del pasado. Ese cuento del que opinan los contadores tantas versiones, y que siempre está arrancando las hojas y las horas del presente…

Nosotros

Amarte en esta soledad del yo
o buscarte en los espacios comunes del nosotros.
Me acerco a ti y saludo al nosotros
que está presente en cada acercamiento,
pese a que tú y yo lo ocupamos todo…

Soledad…un sol que se da

¿Acaso escribí incontables páginas de necias frases para llegar a la conclusión de que mi corazón no fue quien movió la pluma? Párrafos y párrafos rectificados con tachones, con interrogantes sin cerrar, con exclamaciones dolorosas, con dilemas sin resolver. Frases trazadas con anhelos de supervivencia por salir de un mar lleno de soledad y amor perdido. Sin comprender lo que la vida convirtió en desechos en un instante de confusión. Aquello que un día fue, y de lo que formamos parte los dos, se perdió sin perderse, quedando la sensación de que nunca existió y, sin embargo, sigue flotando en el aire que respiro. Aquel fuego que encendimos quedó sin vida dejándome solamente las cenizas como prueba de su realidad.

…Luego la soledad encogió los espacios, la consciencia, los colores, el mundo, las palabras. Y me dediqué a descubrirla a ella cual si fuera un espejo donde pude mirarme a niveles tan profundos. La soledad se me impuso formando una burbuja hermética que no dejaba pasar a nadie. Acaparadora, celosa, absorbente, de movimientos lentos. Perezosa, ya que su capricho era quedarse, convirtiéndose en una compañera difícil de ignorar. ¡Insustituible! Un sol que se da. A pesar de su silencio logró arrancarme algún grito lastimero cuando me presentó su rostro más cruel. Capaz de guiarme por las sendas oscuras donde flotaba sin rumbo entre la inseguridad y el anhelo. Fue generosa al concederme tiempo para conocerme mejor. Pero, ante todo, se convirtió en mi amiga del alma.

Y después, poco a poco, la soledad rasgó la burbuja haciéndome permeable a la magia de tantas relaciones que vinieron al encuentro. Hasta que por fin se ha despedido diciéndome que llegó el momento de su partida, que se va contenta porque me deja en buena disposición para afrontar la vida, y con las manos abiertas para acoger los regalos que cada presente trae consigo. Y yo no quiero llenar de ausencias ese hueco vacío que ha dejado en mi interior. Quisiera verlo como una página en blanco reclamándome una nueva percepción, un nuevo comienzo. ¡Un nueva pluma para escribir un inesperado capítulo!

Extracto del libro Girasoles al Amanecer

Miradas

El mundo es una mirada…
El mundo está mal, dice la mirada realista. Hay crisis, corrupción, desigualdad, conflictos, injusticias, desconfianza… A la vez, las masas parecen enchufadas a la euforia colectiva que nos suministran por detrás del telón. Y ahí seguimos respirando los paisajes en los que vivimos, a fuerza de perpetuar esas fotos sombrías.
Yo quisiera cerrar los ojos por instante e inhalar otro aliento entre tanto desaliento. Acaso encontrase unos ojos entre miles de ojos, un corazón libre de tanta queja y lamento. No me interesan las estadísticas, busco una conexión auténtica que le permita a mi visión traspasar el cansancio de tanta ausencia adherida al mundo, y despierte el sentir adormecido detrás de tanta coraza pintada de desencantos. Entonces ya no veo unos zapatos con glamour sino unos pies que anduvieron caminos. Ya no veo estrategias para engañar ni engañarse sino la inocencia de una mirada que acepta las cosas como son y no tiene que pintarlas de otro color para amarlas. Veo un corazón capaz de entregarse sin reservas a pesar de haberse roto una y mil veces. Veo la vida que me sacude con fuerza en el acto de sacudirse tantas máscaras, mentiras y juicios adheridos a su espalda, que es mi espalda…

La mirada mágica

¿Qué es la mirada mágica? Mejor explicarlo con una imagen:
Hace años vivía en una huerta y cada día iba a caminar hasta la orilla del río San Juan. Allí, sentada en una piedra, escribí un cuento sobre una perrita que peregrinaba por la vega del río con el propósito de encontrar el puente que le permitiera alcanzar la otra orilla. Ella había partido el mundo por la mitad: todas las desgracias estaban a este lado, y todo su afán estaba puesto en cruzar la línea separadora, con la confianza de que la felicidad la estuviese aguardando en la otra orilla.
Pues bien, viajé a Perú unos meses después y allá me sentaba cada día en una piedra, al lado de un afluente del río Urubamba. De pronto me di cuenta de que estaba en la otra orilla, porque las aguas fluían en dirección contraria a las del río San Juan. Hacer esa asociación es un acto de magia, de Recapitulación, de comprensión profunda. La voz de lo concreto puede decir que esto es un absurdo: ¡Pues vaya tontería, si para cruzar un río de dos metros tienes que dar un salto sobre el océano! Pero es que no es cruzar el río físico, ni una cuestión de distancias geográficas. Es que se activó un espacio inédito del Ser que está representado en los símbolos circundantes. Lo has Visto, aunque no puedas explicarlo. Cuando la visión traspasa la envoltura, la forma, la magia te muestra otros recorridos que no han hecho tus pies. Otros significados que coexisten en el espacio que abarca una mirada.

GIRASOLES AL AMANECER en Librería Los Ángeles – Barcelona

C/ Travessera de Gràcia Nº 157

¡¡¡Gracias, amigas, por el lirismo que inspirasteis en nuestro Encuentro!!!

Enamorada del Amor

He descubierto, amig@s, que todo cuanto amamos en los demás lo activamos en nosotros mismos. Y, como ejemplo de esto que os cuento, os diré que una vez me enamoré de un artista. ¡Sí! Puedo asegurar que su canto me encantó entonces, y todavía hoy, aunque sigo desafinando, noto algo así como si todo mi discurso quisiera cantar, hacer música, declamar los rumores de siempre al son de un latido que los renueve…
En otra ocasión, amig@s, me enamoré de un elfo… ¡Sí! ¡Así como lo cuento! Y he visto cómo ha ido tomando realidad en mi vida un ser volátil, algo así como una nube liviana que no pretende cargar con el peso del mundo, sino ser lo que es, una simple nube. No siempre está ahí ni siempre estoy yo en las nubes ¡claro que no!. La solidez de la mirada realista no puede soportar la levedad del ser, acaso porque esa ligereza viene a recordarme cuántas cargas innecesarias portan mis ojos.
Pero el quid del asunto es que ahora, en estos tiempos, ando enamorada del Amor… ¡Sí, así como lo digo! No tiene nombre ni rostro este nuevo romance, lo único que sé es que en cualquier forma o lugar se me esconde. Y, lo genuino en este juego de desvelarle en cada enfoque, es que voy descubriendo cómo se me aclara la mirada, a la vez que se caen, una tras de otra, las vendas de mis ojos…

LOS OJOS DE LA NOCHE en el Centro Cívico de Montcada i Reixac – Barcelona

¡¡¡Gracias, ABI (Asociación Benéfico Instructiva) por propiciar el Reencuentro!!!

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Renace la visión

21 de Marzo – Presentación de LOS OJOS DE LA NOCHE en la Bibloteca de Castillo de Locubín


DSCF5654… No todas las montañas son iguales. Hay montañas jóvenes y otras que ya son ancianas. Montañas que transmiten la fuerza renovadora de la vida acogida en sus faldas, y otras de roca arraigada que miran cansadas el repetido discurrir de las generaciones, de historias que nacen y mueren en sus regazos. Las montañas sienten a través de las manos que reforman un tejado con goteras, de ésas salpicadas de cal DSCF5631
que pintan de blanco la fachada de una casa, y también de aquéllas que hacen repicar las campanas en la torre de la iglesia, llamando con su consigna de toques rítmicos, a la misa, el entierro o la víspera de festejos. Montañas hay muchas, pueblos incontables, gentes innumerables, pero el hilo de los recuerdos se une con la mirada de la Camuña, en cuyas faldas ha crecido un pueblo en torno al castillo árabeDSCF5647del que sólo quedan unos muros de piedra como guardianes de la memoria histórica. Los ojos de la cima no precisan del castillo para reconstruir la trama viviente en ese laberinto de callejones que se expanden cuesta arriba. Como tampoco necesitan las rocas oír los rumores de las terrazas para conocer todos los secretos que esconden las paredes de las casas…

Extracto del libro Los Ojos de la Noche

biografíaLa primavera es siempre un renacimiento. Renace la visión en estas páginas nocturnas que, como flores gestadas bajo la nieve, han querido abrirse al día con la primavera. Renace el balbuceo de los comienzos y el temblor en los trazados imprecisos, pero finalmente las palabras alzan su vuelo y dejan un rumor renovado en el pensamiento que abre sus jaulas.

¡¡¡Gracias, amig@s castiller@s, por acompañarme en este nuevo nacimiento!!!

Los Ojos de la Noche

 

No le digas al día lo que te ha contado la noche,
pues podría el sol ponerse a ensoñar…

El reloj de la infancia se transforma en un círculo de piedras donde una mujer pasa la noche haciendo su Búsqueda de Visión, invocando la sabiduría ancestral de las Doce Ancianas. La voz de la Luna Llena se convierte en el hilo mágico que va conduciendo a la buscadora, desde la medianoche hasta el amanecer, en un viaje donde la sustancia de los sueños y el tejido de la recapitulación configuran el trenzado de luces y sombras, convertido en la claridad de un nuevo canto.

Mirar con los ojos de la noche es Recordar la mirada de la piedra, del aire, del fuego, del agua. Es abrir la visión a la unidad indisoluble del Amor que abarca un solo instante todas las miradas y todos los momentos en los cuales has amado…

Un nuevo amanecer nos aguarda en la fina luz que rompe la noche. Echemos ya a andar la mirada sobre el campo de flores nuevas que están naciendo en nuestro corazón. Llenemos cada momento de hálito renovado y sintamos lo infinito de cada instante, entregados a la paz que se siente en cada entrega…

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:   lamagiadelasrelaciones@gmail.com

 También está disponible en formato digital en:            
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Girasoles al amanecer

La historia desplegada en estas páginas se desarrolla en una Comunidad del Valle Sagrado de Perú. Sus protagonistas son Buscadores de diferentes países que unen sus vidas para crecer juntos, acogiendo las costumbres y el conocimiento de una cultura ancestral. Aunque el escenario y los personajes descritos propicien la narrativa sobre los misterios de una Tradición milenaria, el desarrollo de la obra profundiza más en las relaciones a todos los niveles: con la naturaleza, con los elementos, con el trabajo, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje; en definitiva, con uno mismo. Es la historia de una comunidad de Hombres y Mujeres Medicina que eligen el camino de la sanación, mostrando con sus vidas cómo enfrentar la existencia de una forma más sencilla, honesta y fuerte…

“Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo, para colmar el nuevo día, que girar en dirección al sol…”

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con: lamagiadelasrelaciones@gmail.com

También está disponible en formato digital en: Bubok  y Amazon

          

Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

El olor de los libros

Hay recuerdos imborrables en mi niñez que se anteponen, así como la hierba aflora infatigable entre las grietas del cemento, a capas y capas de vivencias acumuladas en la memoria. La escarcha que cubría el olivar en los invernales fines de semana, el almendro vestido de blanco para recibir a la primavera, el olor a tierra mojada tras la tormenta veraniega, las hojas de otoño caídas en la vereda que conducía al colegio… Misterio de inocencia y sencillez el que se percibía en una flor, en un paisaje, en el transcurrir de los ciclos escolares.
También recuerdo el olor de los libros de texto desparramados sin orden ni concierto en la mesa de estudio, y el tacto de aquéllos otros que apilaba como un tesoro en la estantería de mi habitación. En mi mente adolescente, la literatura abrió una ventana a la que, sin que nadie me lo impusiera, quise asomarme para aprender a mirar otros paisajes, a oír otros pensamientos, a imaginar otras historias. Fueron esas lecturas las que entretejieron sueños de un mundo mejor y el interrogante de cómo soñarme a mí misma para ocupar un lugar en él. Ansias por conocer y conocerme, dudas. Y también certezas que después hube de conjugar en el tejido de mi propia existencia…

con el Club de Lectura – Instituto Pablo Rueda En castillo de Locubín – Jaén

¡¡¡Gracias amigas, por hacerme un espacio entre las líneas que vais leyendo e interpretando!!!

¿Atar al perro, o atar al miedo?

Caminaba esta mañana por la montaña con mi perro, cuando nos cruzamos con una señora que venía paseando en dirección contraria. Airjul se fue a olerla moviendo el rabo, a la vez que el miedo de ella movía la lengua al gritarme que el perro debe ir atado. Sujeté a Airjul en silencio y seguí adelante con las palabras de la mujer haciendo ruido en mi cabeza. “Ate usted también a su miedo, señora”, resonó en mi pensamiento, pero ya no quise prestarle más atención a este asunto. Fue después, sentada a la sombra de un árbol, cuando pude profundizar un poco más en el incidente.
¿Atar al perro o atar al miedo? En la naturaleza nada vive atado, a no ser que venga el ser humano a poner sus lazos. Las criaturas que habitan los entornos naturales perpetúan el instinto de supervivencia, de acecho que se sabe acechado, ya que en la cadena ecológica siempre hay un acecho más grande que se cierne sobre el acechador.  El miedo es un instinto natural que al ser atado ladra con agresividad o se pone a la defensiva. Tan irracional es el miedo como razonables son todos los intentos que ponemos en dominarlo, acorralarlo y controlarlo. Pero estemos atentos, al acecho, para que en este ejercicio no acabemos atando la gracia de la espontaneidad, el asombro de lo imprevisible, la belleza de lo auténtico… Para no perdernos la dicha de sentirnos libres de tantos y tantos miedos con correa y amordazados…

Girasoles al Amanecer en Centro Artemisa – Girona

¡¡¡Gracias, amig@s, por ese nuevo paso en el recorrido de los Girasoles!!!

Un horizonte en cada paso

A lo largo de una vida pasas por etapas en las que la búsqueda y su interrogante no  hallan un espacio por donde colarse dentro de los parámetros en los que se desenvuelve tu existencia. En esos tramos no hay preguntas que hacerse porque estás comprometido en responder a las constantes exigencias que impone el cuerpo y su sustento, la mente y el desarrollo de sus facultades, o el afecto y su gama de relaciones emocionales –amor de padres, de hijos, de amantes, de amigos… amor por lo que haces–.
¿Quién tiene tiempo de indagar más allá de este marco que ya de por sí está repleto de contrastes? Casi nadie le da cabida al Interrogante a no ser que la Búsqueda misma le seduzca en algún tramo del camino. A no ser que el lienzo sobre el que pintas tus días tenga fisuras y por ahí se pierdan tus fuerzas, cayendo irremediablemente en tus abismos con un “porqué” en la garganta; o que ya nazcas con la duda incrustada en la frente y tu destino sea el de esos peregrinos de la noche oscura que caminan en dirección hacia el alba.
Sea como fuere, hay un denominador común entre las personas que somos vividas por el arquetipo de la Búsqueda: por mucha información que acumulemos, o muchos caminos que andemos, ya esté claro el día o sea noche cerrada, lo cierto es que siempre se antepone una distancia entre nosotros y los tesoros que esconde el horizonte hacia el que dirigimos nuestra mirada; no importa cuán lejos has llegado en tu viaje de conocimiento, pues lo que buscas se aleja a la misma velocidad que avanzas. Y no importa cuánto tardes en rendirte a la evidencia de que lo que la Búsqueda te está exigiendo es un salto confiado más que un paso metódico y complaciente… Pero ese salto requiere la energía que fuiste dejando a tu espalda en cada negación que no pudiste o no quisiste o no supiste transformar en un sí-mismo.
Es llegado a este punto que el buscador desanda sus pisadas y va reinventando el pasado a fuerza de sanar fisuras… Algo mágico le sucede en este recorrido, pues, al desapegarse de la búsqueda, encuentra un horizonte sobre cada paso, una claridad en cada paisaje que recordaba sombrío, una fuerza en cada herida sanada. Y es así cómo, sin darse cuenta, sin ya pretenderlo, ha dado un salto sobre sí mismo…
GIRASOLES AL AMANECER en Espai Vital – Manresa
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¡¡¡Gracias, amig@s, por inspirar una nueva página en el recorrido de los girasoles!!!