Las migajas del mundo

El Hotel Oasis fue el escenario andalusí donde la solidaridad, vestida de elegancia, se sentó a las mesas previamente decoradas con creativas huellas. El llamado al evento bien podría haber sido: “Cena con nosotros esta noche, para que otros puedan comer”. Mas no sólo de pan vive el hombre y los asuntos culinarios nunca rascan más de lo necesario el bolsillo de quienes tenemos satisfecho el  estómago. Así que el reclamo se lanzó como una flecha hacia otro órgano. “Cuando el amor toca tu corazón”. Y, SÍ, nos sentimos tocados por la amenidad, poesía, música, cantos y anécdotas compartidas de los presentes, pero, ante todo, por la cruda realidad de los ausentes, en cuyo favor fuimos convocados.

Según el Diccionario de la Real Academia, solidaridad significa adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros. De otra fuente menos académica y más humana aprendí otro enfoque: SOL y DAR y DAD. Depende de cada cual cómo se vive este asunto, si académica o humanamente. A mi parecer la primera acepción se desmorona en el desglose de su propio significado, haciendo de la ayuda una pálida sombra de la incondicionalidad; en la segunda ya brilla el sol y se acerca más a ese amor que nos adhiere al otro, a lo otro, sin límites ni causas, en toda circunstancia.

La solidaridad sin corazón apenas atenúa el grito callado de quienes digieren nuestras migajas. ¡No es justo!, braman las entrañas en lo profundo. El Amor oye el grito y sabe que no es de otro sino suyo; atiende y ayuda y da, pero sin dejar deuda pues, en esencia, no es a otro más que a sí mismo a quien ampara. En su adhesión sin límites el Amor crea universos con las migajas del mundo.

En la Cena Gala en beneficio de la FUNDACIÓN NUR / Córdoba

¡¡¡Gracias, amig@s de Fundación Nur, por mostrarnos el corazón a través de vuestra obra social!!!

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Postrado a la vera del camino, esperaba que pasara alguien caritativo que me lanzara una moneda. De pronto vi venir un cortejo que rodeaba a una carroza tirada por seis caballos. Pensé: Un gran señor se ha dignado cruzar por esta aldea. Es posible que me deje caer una generosa limosna.
Esperé anhelante mientras la carroza se detuvo enfrente mío. De ella descendió un personaje ricamente ataviado, al que supliqué: ¡Señor, una moneda!… Pero, para mi desconcierto, el gran señor extendió su mano y me preguntó: “¿Tienes algo para darme?”. ¡A mí, al mísero, él le pedía! No podía creerlo, pero seguía delante de mí con la mano tendida…
Vacilando, hurgué en mi raída bolsa, en busca de algo que pudiera dar, algo pequeño que no mermara mis tan escasas pertenencias. Encontré un grano de trigo, que coloqué en esa mano insistente. El me dijo: “¡Gracias!”. Subió a su carroza y se marchó.
En la noche, al llegar a mi albergue, vacié en el suelo el contenido de mi bolsa, buscando algún mendrugo que pudiera servirme de cena y, entre los desechos recolectados, había un grano de trigo de oro. Sollocé amargamente:

¡Señor, debí habértelo dado todo!

Rabindranath Tagore

Donde nace la mirada

El instante en que una mirada se hace visión puede durar un segundo, una vida o una eternidad, ya que no es el tiempo el que lo mide sino la sostenibilidad. ¿Durante cuánto tiempo puedes atisbar el mundo sin una idea preconcebida, sin emociones que te alteren, sin un motivo, sin palabras, sin nada a lo que agarrarte? Y sin embargo, es en el borde de ese precipicio, entre las estructuras consolidadas y el abismo del vacío, donde nace la mirada, tu mirada. Es al borde de las ramas del gran árbol de la vida –allá donde las hojas tiemblan entre dos elementos, tierra y aire– donde se gesta el fruto que completa un ciclo existencial.

Entonces, siguiendo con la metáfora, toda mirada es incompleta si se adormece en la raíz, en el tronco o en las ramas -esto es, en lo fragmentario-, y se consuma cuando emerge la visión como fruto que contiene en sí mismo la esencia de todo un recorrido. El fruto de un árbol alcanza su madurez y dulzor entre dos universos. La mirada se hace visión cuando se atreve a mirar donde nadie ve nada…

GIRASOLES AL AMANECER en Librería Kosmos – Córdoba

¡¡¡Gracias, amig@s de Librería Kosmos, por el espacio, la oportunidad y el calor de esa llama de Conocimiento que habéis encendido en Córdoba!!!

Bajarse del mundo

La noción “bajarse del mundo” tiene un significado más hondo de lo que la mente ordinaria suele considerar. No se trata de apartarse del tumulto el fin de semana, o de irse de vacaciones, o tomarse un año sabático…, porque en todos estos casos el mundo sigue ahí, presente en nuestra mirada. No consiste pues en un cambio exterior que no cambia nada: “Quien cruza los mares, cambia de clima, no de carácter” decía Horacio.
A mi parecer, uno “se baja del mundo” cuando detiene su diálogo interno, cuando cesa de bambolearse con el flujo de los acontecimientos como una hoja llevada por el viento. No hablo de un inmovilismo que nos impediría crecer o de un detenerse que sería retroceder, sino de seguir actuando en el mundo desde la no-acción, desde la no-intencionalidad, centrados en nuestro Yo más profundo como un eje alrededor del cual giran todas las cosas. Parece una contradicción lo que digo pero, ¿por qué no probarlo por un instante en lugar de cuestionarlo? Tal vez entonces, al no ser perturbados por nada, impertérritos ante los aconteceres que no podemos controlar pero que tampoco nos controlan, podamos por un instante ser quienes somos…

GIRASOLES AL AMANECER en la Biblioteca Pública Municipal de Bargas – Toledo

¡¡¡Gracias, amig@s, por abrirle vuestro mundo a los girasoles!!!

Aprender

Se podría decir que sólo el niño aprende. El adulto va acumulando información, curriculums, propiedades, rutinas, recuerdos, desencantos… y reacciona ante la vida en base a ese cúmulo de pertenencias materiales y psíquicas con las que se ha identificado a lo largo de su trayectoria vital… Para el niño, sin embargo, el mundo que se abre ante sus ojos es un milagro, quizá porque aún no lo captura con la comprensión. Mientras dura la infancia, el niño está viviendo, de manera continuada, su personal e instantáneo aprendizaje. Él juega, está abierto al ritmo de la vida, a su latido. Juega porque él es parte del juego, aún no se dio en él la separación entre el sujeto y el objeto. Las cosas para un niño carecen de función. Sencillamente son. Después viene la educación y entonces ya no quiere jugar, quiere tener, competir, acumular. Y viene luego esa condición de adulto que lleva consigo la adulteración de lo que se debió ser, o mejor dicho, de lo que nunca se debió dejar de hacer: APRENDER…

Girasoles al amanecer en Jun / Granada

¡¡¡ Gracias, Jun, por dejarle un espacio a los girasoles entre tanto arte y tantos colores!!!

El misterio

Progresar -¿hacia qué fin?- o regresar -¿a qué inicio?-.

El río nace de una fuente y su curso le conduce a fundirse con el océano donde finalmente desaparece como río. Hay culturas, maneras de vivir, que en su recorrido se han cristalizado en tanta diversidad de formas que ya no recuerdan su esencia originaria; y hay otras corrientes cuyas aguas están más cercanas a la fluidez cristalina del origen, pero si quisieran parar el flujo, detenerse ahí, también acabarían corrompidas por el estancamiento. El impulso originario de la vida es un gran misterio, pero no se halla en el pasado o el futuro, sino aquí y ahora.

Volvemos a lo que dejamos por caminos diferentes -el agua del océano se evapora y vuelve a manar de la fuente-. Pero lo que importa es la experiencia vital que imprime relieve, singularidad, expresión al misterio de la vida. Y es que una vida sin misterio es una pobre vida. Porque necesitamos la complejidad, las selvas, las montañas, los paisajes variados, el espectáculo sublime. Porque hay algo en el ser humano que conecta con el misterio, que vibra en el misterio, que se identifica con el misterio. Nosotros mismos somos ese misterio. El error de los siglos ilustrados ha sido identificar al hombre con la razón. Como si en el planeta sólo existieran ciudades urbanizadas. Pero no todo es razón. La razón es una islita en un vasto océano de misterio.

GIRASOLES AL AMANECER en CÚLLAR VEGA

¡¡¡Gracias, amig@s, por esos interrogantes abiertos que, en sí mismos, ya eran una respuesta!!!

Semillas de un Sueño

Autora: Angela Castillo // Género: Narrativa

Sinopsis: Los protagonistas de esta historia hacen un recorrido por el paraíso de la ilusión, en el Camino de Santiago, para desembocar en las tinieblas del desamor, cuando interfieren las desavenencias de sus circunstancias externas…

Semillas de un sueño que sutiles manos sueltan al azar, agarrándose a suelos áridos. Diminutos brotes de una flor que asoman tímidos al corazón y son aplastados por la realidad…

“¿Y qué es el amor, ese cielo que la saeta de Cupido nos deposita en el corazón o ese infiernos en el que agonizamos cuando la flecha está envenenada por el miedo…?”

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semillas de un sueñoSemillas de un Sueño es una historia de amor y desamor, un intento de expresar y entender la escala emocional inherente a toda relación amorosa. Al escribir esta obra trascendí muchos planteamientos erróneos sobre mi visión del amor: el miedo a fundirse en el otro, la falta de compromiso, las expectativas, la rutina, la soledad, el sentimiento de abandono… Trabajar en esta obra supuso un cambio de dirección en mi búsqueda, un desviar la mirada hacia dentro; o, parafraseando una de sus páginas, se podría decir que lo viví como un dejarse caer hasta el fondo, sin oponer resistencia alguna. Y allí donde se pierden las largas extremidades de la dualidad, donde no existe lo profundo o lo elevado, lo bueno o malo, lo masculino o femenino, me encontré con lo que hay, o sea, nada. Nada que perder. Nada a lo que aferrarse, todo es un juego en el que la nada se distrae soñando el universo de las cosas…
En las páginas de Semillas de un sueño hay más ingenuidad que experiencia, más sinceridad que habilidad, más desnudez que documentación y más corazón que técnica. Sin embargo, esta obra fue un solo paso, quizá más importante por ser el primero, pero un solo paso no hace un camino…

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:   lamagiadelasrelaciones@gmail.com

También está disponible en formato digital en:  Bubok  y Amazon