Sueños realizables

Los sueños, si no son realizables, son quimeras, fantasías, distracciones o escapes de la realidad. Yo quiero pintar un sueño realizable pero no encuentro los colores del día en el fondo de mis pupilas. Acepto pues que estoy anochecida, y que todo está por despertar con otros matices e intensidades.
Yo sé que vienen amaneceres con otros soles, pero ahora resplandece la Luna y es su luz la que escribe signos en los cielos de la madrugada. Luego, o acaso en este mismo renglón, una noche despierta y una noche dormida se encuentran. Después, o quizás entre un segundo y otro, unos sueños compartidos se desperezan, se dejan tocar por la realidad del día así como la luz del sol toca la mañana y hace visibles las cosas invisibles en la madrugada.
Dejemos pues que los sueños despierten y nos despierten, ellos mismos nos dicen lo que es real y realizable…

Los Sueños

Me ha dicho un sueño en esta madrugada, que los sueños hay que protegerlos hasta que tienen suficiente fuerza para tomar vida y vivir, para formar cuerpo en la realidad.
Los sueños toman perfil, consistencia y carácter en la oscuridad, así como la semilla en las entrañas de la tierra, o así como el bebé que se fue gestando en el vientre materno, y al que el aire solamente toca y llena y alienta a través del grito que indica: “estoy listo para vivir”.
Cuando no ha nacido el grito, cuando sólo son rumores que difundo al vaivén de los vientos, los sueños se disipan en el aire, aunque despierten ecos que responden si son creíbles o son quimeras.
Ni unos ecos ni otros dan poder a mis sueños, es menos, me confundo con tantos supuestos y suposiciones, en lugar de proteger ese peculiar sueño que trae la fortaleza necesaria para hacerme más real…

Sueños

Sé que no es fácil tocar los sueños,
pero me resisto a pisar tanto suelo
con la punta de mis dedos.
Sí, ya sé… pero si en algún momento,
cuando menos lo espere,
me tocase un sueño con sus manos,
deseo que los límites del realismo,
o el tupido velo de las dudas,
no puedan sujetarme ni cegarme
para tomar lo que me pertenece,
sencillamente por haberlo soñado…

La Imaginación

«Había una vez un peregrino que en su trayectoria por esos mundos encontró a tres picadores. Saludó al primero preguntándole qué hacía y éste le respondió en forma de queja:
– ¿Qué hago? Machacarme la espalda durante horas, día tras día, llueva, truene o abrase el sol. Destrozando mi vida así como se rompen estas piedras.
El peregrino se acercó al segundo picador y le hizo la misma pregunta:
– ¿Qué hago? – respondió el aludido con voz cargada de realismo – ¿Acaso no es evidente que estoy picando piedras?
Y, por último, el caminante abordó al tercer picador con la misma pregunta y éste alzó sus ojos soñadores hacia las alturas, como si pudiera ver en el aire formas ajenas a la mirada común:
– ¿Qué hago? – respondió con una sonrisa cómplice – estoy construyendo una catedral.»

Personalmente he respondido como estos picadores en distintas etapas de mi vida. Ante las evidentes preguntas que desata el dolor, el miedo o el sinsentido, me he quejado; también he sido realista y conozco de la resignación; pero, cuando veo mi particular «catedral» entre nubes y emociones, siento que cada realidad cincela una capacidad de adaptación, a la vez que cada imaginación construye su propia libertad…

Amor por los Libros

Quizá porque esta semana seremos hiperflechados por Cupido, me he acordado esta mañana de la primera diana que hizo el arquero en mi vida, allá en la primera adolescencia. Lo confieso. Me enamoré perdidamente de los libros. Los devoraba. Sólo quería estar en sus páginas, vivir entre sus líneas, que nunca se acabara aquella historia… 
Hay recuerdos imborrables en mi niñez que se anteponen, así como la hierba aflora infatigable entre las grietas del cemento, a capas y capas de vivencias acumuladas en la memoria. La escarcha que cubría el olivar en los invernales fines de semana, el almendro vestido de blanco para recibir a la primavera, el olor a tierra mojada tras la tormenta veraniega, las hojas de otoño caídas en la vereda que conducía al colegio… Misterio de inocencia y sencillez el que se percibía en una flor, en un paisaje, en el transcurrir de los ciclos escolares.
También recuerdo el olor de los libros de texto desparramados sin orden ni concierto en la mesa de estudio, y el tacto de aquéllos otros que apilaba como un tesoro en la estantería de mi habitación. En mi mente adolescente, la literatura abrió una ventana a la que, sin que nadie me lo impusiera, quise asomarme para aprender a mirar otros paisajes, a oír otros pensamientos, a imaginar otras historias. Fueron esas lecturas las que entretejieron sueños de un mundo mejor y el interrogante de cómo soñarme a mí misma para ocupar un lugar en él. Ansias por conocer y conocerme, dudas en la incertidumbre. Y también certezas que después hube de conjugar en el tejido de mi propia existencia…

Bordadoras de Sueños

Me conduce esta imagen a la adolescencia y a la sombra de una parra donde bordaba mi ajuar de sueños dentro de la circunferencia de un bastidor. Mientras mi madre y otras mujeres del entorno hacían zurcidos y remiendos, yo combinaba los colores y formas en la pureza de un tejido que el tiempo y la experiencia aún no habían desgastado… En la realidad de hoy me ocupo de la función que ellas me mostraran entonces, uniendo los retazos del tejido vital a través de la recapitulación y el entendimiento. Y, aunque a veces parece que los rotos del mundo se empeñan en zurcir los míos, algo que no sé definir sostiene intactos los hilos primorosos que tejen la magia de los sueños. Quizás sea la mirada inocente de esa Bordadora sin edad que todas llevamos en el corazón…

Sueños

Tu mirada ha abierto la puerta a esa dimensión donde los sueños tejidos con hebras de luz esperan desde siempre a que les des realidad en el reino de lo concreto. Sólo tú puedes hacer que esa expresión única y original, inscrita desde siempre en el telar mágico de tu corazón, despierte de su estado latente, tomando cuerpo en la realidad del tiempo. Y, sin embargo, no puedes forzar nada. Los sueños te acompañan en tu recorrido como Presencias intocables, sin dejar huellas sobre el trazado del camino, siendo tu consciencia la que convierte en rastro perceptible lo que ha sido pisada silenciosa. Los sueños están en todas partes y pueden ser muchas cosas a la vez, aunque, en esa avidez de tu mirada por aferrar lo que intuyes pero no ves, los perpetúes en el viento que sopla a las nubes y el agua que riega la tierra y la semilla que fecunda el árbol y la leña que prende el fuego. Da igual en qué forma los recreen tus memorias, ellos son el Recuerdo silente e iluminado que te inspira en las horas del día mientras laboras la rutina de tus quehaceres, hasta que la noche te abraza con su manto de estrellas. Y allí, en la profundidad del descanso merecido, son esas Presencias las que te despiertan a un mundo diferente con colores más intensos y paisajes más vivos, donde el fuego, y las nubes, y el agua, y el árbol, se quitan el nombre y desvelan su misterio. Ahí es cuando te soplan al oído: sólo el silencio sabe, sólo del silencio se aprende… Extracto del libro Los Ojos de la Noche

Un sol que se da

El soñador ensueña despierto y solo. El durmiente es soñado por múltiples sustitutos que le abstraen de su soledad. Pero el amor está latente en cada olvido, y quien ama su soledad se convierte en un sol-que-se-da, cuya mirada despierta en la realidad las imágenes que sueña el corazón. Sucede entonces que el día regala sincronías donde hubo desencuentros, resonancias donde reinaba la confusión. Nuevos matices pintan las memorias grisáceas, a la vez que los signos renuevan sus significados… Y así se va tejiendo la magia de las relaciones, a medida que las soledades se reconocen en tantos soles-que-se-están-dando…

Presentación de Los Ojos de la Noche en el Colegio Miguel de Cervantes – Écija -Sevilla

¡¡¡Gracias, amig@s, por darle realidad a la magia de las relaciones!!!

Los Ojos de la Noche

 

No le digas al día lo que te ha contado la noche,
pues podría el sol ponerse a ensoñar…

El reloj de la infancia se transforma en un círculo de piedras donde una mujer pasa la noche haciendo su Búsqueda de Visión, invocando la sabiduría ancestral de las Doce Ancianas. La voz de la Luna Llena se convierte en el hilo mágico que va conduciendo a la buscadora, desde la medianoche hasta el amanecer, en un viaje donde la sustancia de los sueños y el tejido de la recapitulación configuran el trenzado de luces y sombras, convertido en la claridad de un nuevo canto.

Mirar con los ojos de la noche es Recordar la mirada de la piedra, del aire, del fuego, del agua. Es abrir la visión a la unidad indisoluble del Amor que abarca un solo instante todas las miradas y todos los momentos en los cuales has amado…

Un nuevo amanecer nos aguarda en la fina luz que rompe la noche. Echemos ya a andar la mirada sobre el campo de flores nuevas que están naciendo en nuestro corazón. Llenemos cada momento de hálito renovado y sintamos lo infinito de cada instante, entregados a la paz que se siente en cada entrega…

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:   lamagiadelasrelaciones@gmail.com

 También está disponible en formato digital en:            
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Girasoles al amanecer

La historia desplegada en estas páginas se desarrolla en una Comunidad del Valle Sagrado de Perú. Sus protagonistas son Buscadores de diferentes países que unen sus vidas para crecer juntos, acogiendo las costumbres y el conocimiento de una cultura ancestral. Aunque el escenario y los personajes descritos propicien la narrativa sobre los misterios de una Tradición milenaria, el desarrollo de la obra profundiza más en las relaciones a todos los niveles: con la naturaleza, con los elementos, con el trabajo, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje; en definitiva, con uno mismo. Es la historia de una comunidad de Hombres y Mujeres Medicina que eligen el camino de la sanación, mostrando con sus vidas cómo enfrentar la existencia de una forma más sencilla, honesta y fuerte…

“Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo, para colmar el nuevo día, que girar en dirección al sol…”

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Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

Ideando desde las alturas

La imaginación creadora puede ser vertiginosa en el trazado de proyectos, perfilando expectativas a la velocidad del pensamiento. En el plano de la materia las cosas van más despacio y a veces incluso se salen del plano inicial, cuando las intenciones no son claras y las resistencias profundas se contraponen con el plan trazado.
Por poner un ejemplo, un propósito que anoche perfilaba en mi mente: levantarme al alba y fortalecerme con la pureza en el aire del amanecer. Mientras lo planeaba, ya podía yo sentir los resultados en un aumento de fuerza, salud y entusiasmo para afrontar el nuevo día… ¿Y qué pasó cuando el trazado no se cumplió en la realidad porque la inercia de las sábanas o el usual adormecimiento en el hábito, pudo más que el impulso del despertar? Pues sucedió como si el director de mi banco interno de energía viniera a ponerme en números rojos por un día, a decirme que no he sido impecable y exigirme el extra de fuerza e ilusión que recibí como anticipo, en el momento de hacer planes.
La mente se expande gloriosa en su danza creadora de proyectos. Muchos nos alzaríamos en vuelo y pasaríamos la vida ideando desde las alturas, de no ser porque miles de sueños irresueltos tiran de nosotros hacia abajo, hacia el plano de lo concreto, reclamándonos su derecho a manifestarse en la realidad, por el simple hecho de haberlos deseado, de haberles dado vida en algún espacio de la mente.

GIRASOLES AL AMANECER en Espai de Vida Conscient

¡¡¡Gracias, amig@s, por esa nueva oportunidad de compartir y seguir aprendiendo!!!

Escribir en la vida

El otro día me escribía un amigo diciéndome, ante la lectura de Girasoles al Amanecer, que lo importante es que yo siga escribiendo en la vida, que protagonizase el sueño del Espíritu en mi libro personal… Sinceramente, no sé si está creciendo el sueño de Dios en mí, o lo que crece es la ilusión que un día proyecté: ser escritora. Siento que aquéllos que escriben en la vida son los auténticos escritores, aunque no se denominen como tal. Los que queremos colgarnos esa etiqueta, o ya la vamos aireando, no somos sino una réplica, una copia de la copia. Mostramos en la página de papel aquello que no sabemos o no podemos imprimir en la página vital. Sin embargo, lo impreso no deja de ser un referente para quienes aprenden a leer en la vida, en sus vidas, desde otros enfoques.

Lo que importa finalmente, ya sea escribiendo o estudiando o experimentando, es hacerse protagonista de ese sueño que duerme en nuestro corazón. Pues parece que nunca estamos preparados para asumir nuestra finalidad en la vida, como si siempre necesitáramos más información que postergue el momento de afrontar el propio destino: no sabíamos hablar pero aprendimos a fuerza de balbuceos; no estamos preparados para ser padres pero uno aprende siéndolo; no estamos preparados para el amor y, sin embargo, sólo a fuerza de relacionarnos podemos encontrar nuestra propia expresión amorosa y madurarla con el tiempo…

GIRASOLES AL AMANECER en Centro Anandi Barcelona

 ¡¡¡Gracias, amig@s de Anandi, por poner vuestros corazones para que la Palabra palpitase en el aire!!!

Ecoaldeas

Ahora sí que puedo asegurar, por si alguien lo pregunta, que vivir la magia del corazón no es un cuento para niños ni una utopía para ilusos, sino una realidad que tiene nombre de cortijo y entorno de oasis verdeando entre paisajes baldíos. Y lo mismo atestiguarán, por si a alguien le queda duda, un centenar de gentes de distintas geografías que han compartido su Arte, su Conocimiento, su Medicina, conviviendo en perfecta armonía…

Al amanecer, entre huertos ecológicos, árboles frutales y olivos, han visto también los girasoles cómo  el sol se levanta sobre el horizonte, girándose sobre el regalo de un nuevo día donde aprender de quienes ya desaprendieron, donde convivir rezuma vida en la expresión de tanta creatividad, de tantos talentos…

Las manos se unen en un gigantesco círculo –la derecha entrega, la izquierda recibe– y los pies descalzos sobre la hierba hacen contacto con la Madre Tierra,  sintiendo todos el mismo ritmo, un único latido…. La caracola saluda a las cuatro direcciones y el soplido del viento responde con reverencia dispersando las bendiciones del cielo… La madreselva exhala su perfume en las cuerdas de la guitarra mientras el oráculo canta con voz melodiosa el mensaje que resuena en el más íntimo anhelo…

La comida sabe rica incluso antes de probarla por la sonrisa que al servirla puso la buena Voluntad del voluntariado… Escribimos nuestros sueños -«que un mundo mejor sea posible»- en cientos de telas que después se convierten en la gran bandera que el viento ondea como si pretendiese esparcirlos por todo el planeta…

Las noches huelen a música y a humo que expande el fuego encendido en la era, a conversaciones que se renuevan, a un querer saber más de éste o de aquélla: “¿de dónde vienes, adónde vas? Venía de allá buscando un lugarcito en el mundo”…  En el cielo estrellado, «algo» –nadie sabe qué– estalla -¿de gozo?-  generando una enorme aureola que nos guiña su ojo verdoso desde la cúpula celeste…  Y un nuevo amanecer nos despierta del sueño inconsciente, y vivimos un día más dentro de la magia de esos sueños  que se empeñan con todo el corazón en no adormecerse de nuevo…

GIRASOLES AL AMANECER en el XIII Encuentro Ibérico de Ecoaldeas en el CORTIJO LOS BAÑOS

¡¡¡Gracias, gracias, gracias, por tantos regalos compartidos en hermandad!!!

Semillas de un Sueño

Autora: Angela Castillo // Género: Narrativa

Sinopsis: Los protagonistas de esta historia hacen un recorrido por el paraíso de la ilusión, en el Camino de Santiago, para desembocar en las tinieblas del desamor, cuando interfieren las desavenencias de sus circunstancias externas…

Semillas de un sueño que sutiles manos sueltan al azar, agarrándose a suelos áridos. Diminutos brotes de una flor que asoman tímidos al corazón y son aplastados por la realidad…

“¿Y qué es el amor, ese cielo que la saeta de Cupido nos deposita en el corazón o ese infiernos en el que agonizamos cuando la flecha está envenenada por el miedo…?”

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semillas de un sueñoSemillas de un Sueño es una historia de amor y desamor, un intento de expresar y entender la escala emocional inherente a toda relación amorosa. Al escribir esta obra trascendí muchos planteamientos erróneos sobre mi visión del amor: el miedo a fundirse en el otro, la falta de compromiso, las expectativas, la rutina, la soledad, el sentimiento de abandono… Trabajar en esta obra supuso un cambio de dirección en mi búsqueda, un desviar la mirada hacia dentro; o, parafraseando una de sus páginas, se podría decir que lo viví como un dejarse caer hasta el fondo, sin oponer resistencia alguna. Y allí donde se pierden las largas extremidades de la dualidad, donde no existe lo profundo o lo elevado, lo bueno o malo, lo masculino o femenino, me encontré con lo que hay, o sea, nada. Nada que perder. Nada a lo que aferrarse, todo es un juego en el que la nada se distrae soñando el universo de las cosas…
En las páginas de Semillas de un sueño hay más ingenuidad que experiencia, más sinceridad que habilidad, más desnudez que documentación y más corazón que técnica. Sin embargo, esta obra fue un solo paso, quizá más importante por ser el primero, pero un solo paso no hace un camino…

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