Silencio

Recuerdo en una de las presentaciones que hice del libro Girasoles al amanecer cómo se me quebró la voz antes de pronunciar un discurso previamente preparado. Casi tartamudeando, dije que así estaba bien, pues sólo cuando las palabras marchitas se rompen en la garganta pueden dejar espacio a la fragancia de una Voz desconocida hasta entonces. Una voz que viene a decir aquello que nunca nombraste.
Otras veces la voz se quiebra cansada de repetir un argumento sublime que a veces no es capaz de hacer pacífica tu existencia. Entonces comprendes que hay que callar y escuchar otras voces que, desde más adentro, te dicen lo que NO ES.
Un extraño silencio acontece en tu garganta y en tu mente, donde ya no hay quejas ni exaltaciones. Sólo un callarse y que tu mudez esté a la altura del Silencio. Y si después brota una palabra, que ésta vibre en la hondura de la Voz.
Sólo queda fortalecerse para que un día –hoy, mañana, siempre-, tus relaciones estén a la altura de ese Amor que con tanto énfasis declamas…

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga