Miradas Peregrinas

Mis ojos desnudos
no hallan la forma de ver
tu máscara, entre tanta desnudez
repleta de ti.
El misterio es siempre un cebo
que despierta la curiosidad
por conocer qué hay al otro lado
de las palabras,
del velo, del perfil.
Mas, según como se mire,
también podemos mirarlo a la inversa:
hacer como que todo está ya desvelado,
como que hemos reconocido
nuestra vacuidad sin límites
y, por lo tanto,
todas las posibilidades
son posibles al otro lado,
y todas están disponibles
para vestirse de nosotros.

Extracto del libro Miradas Peregrinas

Al borde de cada segundo

Si las más grandes tristezas cayeran como las hojas de otoño, el pelo de otoño, la piel de otoño, sin raíces, secas, mustias, para nunca más levantarse del suelo ni levantar cabeza…

Si los ojos más ciegos supieran nada más que del resplandor del mediodía, y las piernas más ágiles vieran que no existen montañas enormes por su peso, sino por la cojera de andar a trechos, como ebrios sin rumbo…

Si al llegar el verano, el mar aún te pareciera lejano, y aún desearas la más extensa llanura donde bailar un bolero y, por desearlo, recordaras que la orquesta toca de constante una melodía de aventuras y de dioses…

Y si al caer la noche, el próximo invierno, supieras que la nieve nunca puede hollar en la piel de tus zapatos ni apartar ni ocultar las huellas de tus pasos…

Y así que pase el invierno y todos se hayan ido, y la luna quede sola, a solas y sin nombres… si nada más que tú recordases mi aliento…

Y si al sentir de nuevas primaveras, al resguardo de emociones insensatas, nacieran nuevas raíces, tallos y hojas para ser llevadas una vez más por el viento…

Los años dirían, los datos dirían que nunca pasó nada, si la lluvia, con un enjambre de gotas furiosas, borrase de la memoria cada sombra…

Y si en la penumbra del último invierno dijeras tú que no estuve yo, mentirías; porque en la última gota de rocío, en la penúltima flor, en la antepenúltima línea escrita al borde del precipicio, allí contuve y contengo la respiración para no delatarme…

Porque en el camino, al borde de cada segundo, la eternidad siempre está esperando.

Verdad

Cuando la verdad llegue a mi vida y se pare en el resquicio de mi casa, esperando el chirrido que abre las pesadas cerraduras de los postigos y puertas, oirá rumores agrietados en el sopor de los rincones, con presunción de que otra voz acude siempre al llamado.

Cuando la verdad llame de nuevo con sus gastados nudillos, abriré, y verá que en mi existencia no tiene cabida un saludo de bienvenida mientras que un adiós siga amodorrado en el viejo sofá de una habitación a oscuras, soñando con la luz que brilla en las rendijas.

Y pasarán los días, pero seguirán detenidos hasta que una palabra se ponga en pie con pura rebeldía, invitando a que la verdad entre y se escuche, por fin, entre las paredes de mi vida.

Aleteos de mariposa

No es fácil para una mariposa libar de la flor del lenguaje
después de haber bebido el néctar de la verdad
en un corazón abierto.

Las palabras se niegan a ser dedo que señale ninguna luna,
cuando estoy en la luna,
llena a rebosar como esa luna que algunas noches alumbra
la realidad de los sueños.

Las letras se me quedan grises, huecas, sin matices,
para expresar la plenitud que me concede
cada suprema atemporalidad.

A la vez, sentada en la circunferencia del tiempo,
bajo el mismo cielo que mece la cuna de corazones recién amanecidos,
cierro los ojos para acunar en mis pupilas la claridad
de una mirada naciente.

Y dejo abierta la visión como un ventanal donde la luz se asoma
con aleteo de mariposa
que colorea las palabras con el néctar de su vuelo.

Luz del amor

Te he visto tan lejos ya…

Como una bola de recuerdos que atraviesa el horizonte del ocaso, dejándome el fulgor de lo vivido en la memoria.

Luego vienen las penumbras de la noche y me dejo ensoñar por los días venideros que ya están pintados con los colores del reencuentro.

Pero a veces me quedo sin fuerzas y se me cae el pensamiento al otro lado del horizonte, allá en la lejanía, para beber el último resplandor que dejaste en mi recuerdo…

Y, cuando al fin te alcanzo, dudo por un instante si eres halo del crepúsculo o destello del amanecer.

Luz del amor, sin mañana ni ayer, es tu presente en mi vida…

De arenas y olas

A veces el viento trae ráfagas que humedecen la sequedad de mis arenas. Y yo dejo que sean lo que son, emociones que quieren vivirse, tocar eso que anhelan. Permito que las espumas dibujen otras formas inventadas por las olas, en este abrazo de lo potencial a lo concreto, del sentimiento a las ideas..

  • «Soy un océano enamorado de una playa» – canta la marea.
  • «Y yo soy la apariencia de un rostro, el continente de una dicha, la arena del tiempo. En realidad somos todos el gozo de amar en la amplitud de los espacios, todos vibrantes, todos renovándose…» – dice el pensamiento humedecido.
  • ¡Ay! – rompe la ola con fuerza – Pero «Todo» es esta orilla donde ahora entro para hollar esta misma playa desde unos pies descalzos y verme en los ojos de un rostro concreto, sintiéndome salada en sus labios…

Instantes sencillos

El paraíso existe.
Yo lo conozco.
Está en la coordenada cero de un instante sencillo,
en la cara –siempre recién lavada–
de un río tranquilo que brilla con aguas de plata
incluso en días plomizos.

El paraíso existe.
Yo lo confirmo.
Se siente en la despeinada ribera donde hacen concierto
cientos de pájaros, ajenos al bullir de los telediarios;
se nota en el fluir de las aguas pacíficas
que discurren sin urgencias haciéndose pasado
y porvenir en cada movimiento.

Hay poemas…

Hay poemas resplandecientes y otros cansados, poemas largos, poemas con polvo… Todos ellos me enseñan paisajes de la vida, relieves del ser.

En el levante traza el sol una estrofa de radiante esperanza, y luego escribe una línea con letras de melancolía por el horizonte de un ocaso.

Las nubes dejan caer una rima de lluvia y el viento responde levantando nubes de polvo en palabras secas que quieren mojarse.

A veces el día es una poesía demasiado larga que nos deja sin aliento para saborear el último verso o el primer beso.

Hay poemas a destiempo, poemas tristes, poemas con un grito en su trazo cadencioso… Todos ellos me enseñan panoramas del amor…

De día y de noche

Vestida de amanecer, llamé a la puerta del crepúsculo y entré en tu noche oscura.
Tanto me ensimismé con tu misterio, que no me di cuenta cómo el ocaso llegaba con su manto de brumas.
Luego, en algún segundo sin tiempo, recordaste el llamado de la alborada, y te fuiste haciendo día, cubriéndote de sol.
Con el tiempo he aprendido yo, despierta en la noche profunda, a vestirme de ti, de estrellas y de luna…

Saber sin saberlo

Yo no diré que conozco al Amor.
Prefiero hablar sólo de lo que sé,
que es decir algo y es decir nada.
O decir palabras que se miran y se abrazan en infinitas soledades.
O decir miradas que ansían derramarse en otra piel, otros labios, otro cuerpo.
Por eso prefiero decir mirándote, y no sentir distancias entre tu boca y la mía, ni entre tu voz y la mía, ni entre tu cuerpo y el mío.
Será que, sin saberlo, nací contigo y te olvidé pasando el tiempo.
Yo no diré que te conozco ¡oh Amor!
Pero ahora que te encuentro, me digo así, en silencio, con mis ojos en tus ojos, que no quiero perderte ni olvidarte.
Y grabo tu piel en mi pecho, y el calor de tu abrazo, y contigo salgo a la calle y me repito que el mundo es otro, que ya no es el mismo, porque recobré la memoria de tu carne…

El fruto invisible

Hasta dónde pueden extenderse las ramas, y no dejar de ser raíz, por descubrir otro fruto invisible meciéndose en un soplo de viento.

Hasta que el aire se detiene en la dulzura de una mirada; entonces el fruto es deleite en el paladar del alma, y es savia que estremece al árbol dormido en la áspera corteza de un tronco…

Toma la esencia

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué voy a contarte las veces que me he perdido hasta cambiar por dentro una palabra o un verbo, y elegir amar en lugar de miedo…

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué llevarte por esos tramos renegridos donde el lodo se traga tus colores y te devuelve un nubarrón y una tormenta y un pincel polícromo para que pintes otro arco iris en tu cielo…

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué enseñarte el abismo en la noche gestadora de un nuevo día, si del temor oscuro pende siempre la estrella que te agarra y sostiene con su luz palpitante…

Toma el poema y la flor y la esencia…

Escribe la vida

Escribo con mi vida.
No está mi pluma protegida de la redundancia
ni está el verbo ileso de la vivencia.
Escribo lo que viven las letras
y vivo lo que muestran las frases.
Imprimo el pensamiento por el puro gozo de crear,
mas no por conseguir la dicha,
no porque la plenitud esté en una página.
No digo las cosas ni hago los trazados
ni exprimo el entendimiento para ser más
de lo que soy sin adjetivos.
Escribe la vida cuando se colma de mí
y me derrama como tinta de palabras…

No hay más que ahora

No hay más que lo que este ahora tiene para entregarme.
En la manera en que acojo este momento,
así estoy entregándome a la totalidad del Gran Instante.
Parece, sin embargo, que siempre falta algo en el todo de un momento,
de cada instante colmado de una plenitud que duele
porque quiero saciarme de totalidad sin perder, sin entregarme.

No hay más que lo que este ahora me entrega.
Todo cuanto busco y anhelo está en otra parte, en otro instante.
Lo puedo asumir como una reproducción de ausencias
o lo puedo vivir como una comunión con la Presencia.
Y, después de tantos momentos de ausencia, de carencia,
elijo el instante en Presencia, en entrega.
Éste es mi presente de amor.
Así es la Presencia que mira por mis ojos
y los cierra a todo lo demás, para yo que te sienta.

Por detrás de lo que ves

El maquillaje suaviza
las arrugas de mi rostro
y recién he planchado
el traje que me ves.

Solamente el suelo sabe
que están rotas
las suelas de mis botas.

Sólo el cielo descubre
que también hay nubes
por detrás de mis ojos…

Villanueva de los Infantes

La Concejalía de Cultura de Villanueva de los Infantes, que coordina Encarnación Navarro, ha programado un encuentro con la poesía en la Casa de Cultura La Alhóndiga

Un encuentro con el poder creativo de la palabra, a través de la narrativa y poesía de Ángela Castillo. La Introducción corrió a cargo de Domingo García.

El desarrollo del acto ha sido sencillo y directo. La poesía fue la gran protagonista y nos asomamos a ella a través de los poemas de Miradas Peregrinas.

Poesía desnuda, sin artificio, sin exceso de logística, directa a través de la voz y de la emoción.

El público quedó satisfecho. Se oyó un gran aplauso para los valores de la poesía y de todos los viejos y jóvenes poetas de esta tierra.

La palabra tomó fuerza y se inspiró en los asistentes. Ahora conocemos un poco más qué es el mirar desde los ojos de la poesía.

Recital Poético

Encuentro con la Poesía de Miradas Peregrinas y con la obra narrativa de Ángela Castillo en el Castillo de Abén Yucef. TerrinchesCiudad Real.

La poesía es universal, de todos los lugares y pueblos, cuando nos habla de las cosas sencillas y comprensibles que transcurren en el gran viaje o peregrinación de la vida.

Miradas Peregrinas y sus tres predecesores – Semillas de un Sueño, Girasoles al Amanecer y Los Ojos de la Noche – ofrecen una mirada poética y literaria que nos aproxima al universo de las palabras y al lenguaje intemporal, sin edad, contenido en los libros escritos y leídos con corazón.

Es el impulso que habita en todos los rincones donde el ser humano deja impresa su huella y que toma vida en cada latido de la página blanca, en cada verso libre, cuando consigue transmitir, sin fronteras, en el lenguaje de la emoción y del sentimiento.

La Introducción al acto fue a cargo de Domingo García

Antes y después

El cielo se transforma en un inmenso tapiz
con pinceladas de fuego.
¡Cuánta belleza contenida
esperando amanecer en cada mirada!
¡Cuántos ocasos deseosos
de ser bautizados por nuestros ojos!
Mas, antes y después de los nombres,
está el presente pintando cada ausencia;
antes de interpretar la visión
y después de olvidar las hojas secas
(acaso para que no se olviden),
estuvo y estará el aroma de las flores…

Miradas Peregrinas

portada frontalAutora: Angela Castillo Olmo

Diseño Gráfico: Nathalie Nascimento

Género: Poesía
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda

Tinta interior: Blanco/negro con ilustraciones

Dimensiones: 13.5 X 18.0 cm

Si quieres regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:

 lamagiadelasrelaciones@gmail.com

En  BUBOK >>> está disponible con formato digital 

Y, también, el AudioLibro, que cuenta con la participación y música de Domingo García

“En la Tradición de los Poetas Magos, cuenta la leyenda que hay una Alianza entre un Pájaro y un Peregrino del Alba. Cada vez que el Buscador se ve perdido en laberinto de la incertidumbre, el Ave, que desde las alturas ve todos los caminos, suelta una pluma, indicando la dirección a seguir. De tal forma, dice la leyenda que, cada vez que aparece una pluma en tu camino, el Universo te está diciendo con un guiño: “Estás donde tienes que estar, haciendo lo que ahora toca hacer, y todas las vías están abiertas para que tus sueños se hagan realidad…”

Esta recopilación de Miradas Peregrinas es un ramillete de plumas que encontré en mi caminar por las veredas del AutoConocimiento. En estas páginas las suelto y ojalá su lectura abra nuevas sendas ante tu Mirada… Angela Castillo

Formas simples de amar

Aún hoy, y ojalá por siempre,
muchas relaciones se mantienen fieles
a formas de amar tan simples, sencillas,
de real e inconfundible realidad,
donde todas las preguntas son fáciles,
flexibles, todas importantes…
y todas las respuestas son minúsculas,
elásticas, accesibles de comprender,
todas saben casi todo y saben casi nada,
en el porvenir conocido y siempre por determinar,
de los días repetidos y siempre por amanecer…