El centro es el Sitio

Cuando era niña iba con mis padres a recoger aceitunas a una ladera sombría que, orientada hacia el norte, el sol no tocaba hasta bien avanzado el día. Mis ojos miraban con impaciencia cómo los rayos dorados iban deslizándose por la vertiente de enfrente -avanzaban tan despacio-, y mis manos heladas querían empujar al sol para que llegase cuanto antes a mi cuerpo…
Acaso por impaciencia o quizá por falta de resistencia ante los fríos de la vida, he dejado mi sitio muchas veces para ir a buscar el sol del corazón en otras laderas del mundo. Además del norte, diría que incluso perdí la brújula con tantos desplazamientos. Aprendí, sin embargo, que no yerra la desorientación si ve el centro en cada uno de los puntos que configuran la circunferencia o periferia de cada experiencia. Y el centro es el Sitio, porque ahí siempre alumbra el Sol.

El quid de la cuestión

Que las suelas de mis preguntas
nunca sean más grandes
que los pies de mis pensamientos…

Hubo una época en la que busqué
y busqué en diferentes campos,
a veces contrapuestos,
la respuesta a esas preguntas esenciales,
la que resolviera el quid de la cuestión.

Y la cuestión es
que el quid sigue irresuelto,
pero un día comprendí que la Búsqueda,
(o las preguntas con muchas respuestas
pero sin la respuesta), nunca se acaba;
a veces, eso sí, se sumerge en cada instante
en el que entiendes profundamente.

Y, a veces, otras veces,
emerge la Búsqueda renovada
cuando miro el sentido a la inversa,
buscando en lo que ya tengo,
en lo ya encontrado;
o cuando veo en cada situación
la respuesta a un interrogante
que no rechina en mi cabeza
sino en la suela de mis zapatos..

El oasis

Rodeados de desierto al frente,
de indiferencia a ambos lados, y de caos por detrás.
Atravesemos pues el desierto. ¡Adelante, pues!
El caos y la indiferencia no nos tocarán
si no los hacemos confortables en la travesía.
Porque, a su manera, el desierto
puede convertirse en un caos sin definir:
donde da igual todo, la dirección a seguir también es indiferente.
Y aún así, avancemos hacia el frente.
¡Optemos por el desierto frente a la frialdad y el sinsentido!
Él nos recordará en algún momento que el oasis no está hacia el norte
ni hacia el sur, ni hacia el este ni hacia el oeste.
El oasis está en el centro. Y el núcleo es vacuidad.
El oasis nos encontrará a nosotros entre un grano de arena y otro.

La Búsqueda

A lo largo de una vida pasas por etapas en las que la búsqueda y su interrogante no hallan un espacio por donde colarse dentro de los parámetros en los que se desenvuelve tu existencia. En esos tramos no hay preguntas que hacerse porque estás comprometido en responder al reclamo del cuerpo y su sustento, de la mente y el desarrollo de sus facultades, o del afecto y su gama de relaciones emocionales –amor de padres, de hijos, de amantes, de amigos… amor por lo que haces–. ¿Quién tiene tiempo de indagar más allá de este marco que ya de por sí está repleto de respuestas? Casi nadie le da cabida al Interrogante a no ser que la Búsqueda misma le seduzca en algún tramo del camino. A no ser que el lienzo sobre el que pintas tus días tenga fisuras y por ahí se pierdan tus fuerzas, cayendo irremediablemente en tus abismos con un “porqué” sin resolver; o que ya nazcas con la duda incrustada en la frente y tu destino sea el de esos peregrinos de la noche oscura del alma que caminan en dirección al alba.
Sea como fuere, hay un denominador común entre las personas que somos vividas por el arquetipo de la Búsqueda: por mucha información que acumulemos, o muchos caminos que andemos, ya esté claro el día o sea noche cerrada, lo cierto es que siempre se antepone una distancia entre nosotros y los tesoros que esconde el horizonte hacia el que dirigimos nuestra mirada; no importa cuán lejos has llegado en tu viaje de conocimiento, pues lo que buscas se aleja a la misma velocidad que avanzas. Y te agotas cuanto más tardas en rendirte a la evidencia de que, lo que la Búsqueda te está exigiendo, es un salto confiado más que un paso metódico y complaciente… Pero ese salto requiere y reclama la energía que fuiste dejando a tu espalda en cada negación que no pudiste o no quisiste o no supiste transformar en un sí-mismo.
Es llegado a este punto que el buscador desanda sus pisadas y va reinventando el pasado a fuerza de sanar fisuras, de colorear los pasajes grisáceos… Algo mágico sucede en este recorrido, pues, al desapegarse de la búsqueda, encuentra un horizonte sobre cada paso, una claridad en cada paisaje que recordaba sombrío, una fuerza en cada herida sanada. Y es así cómo, sin darse cuenta, sin ya pretenderlo, ha dado un salto sobre sí mismo…

Los Ojos de la Noche

 

No le digas al día lo que te ha contado la noche,
pues podría el sol ponerse a ensoñar…

El reloj de la infancia se transforma en un círculo de piedras donde una mujer pasa la noche haciendo su Búsqueda de Visión, invocando la sabiduría ancestral de las Doce Ancianas. La voz de la Luna Llena se convierte en el hilo mágico que va conduciendo a la buscadora, desde la medianoche hasta el amanecer, en un viaje donde la sustancia de los sueños y el tejido de la recapitulación configuran el trenzado de luces y sombras, convertido en la claridad de un nuevo canto.

Mirar con los ojos de la noche es Recordar la mirada de la piedra, del aire, del fuego, del agua. Es abrir la visión a la unidad indisoluble del Amor que abarca un solo instante todas las miradas y todos los momentos en los cuales has amado…

Un nuevo amanecer nos aguarda en la fina luz que rompe la noche. Echemos ya a andar la mirada sobre el campo de flores nuevas que están naciendo en nuestro corazón. Llenemos cada momento de hálito renovado y sintamos lo infinito de cada instante, entregados a la paz que se siente en cada entrega…

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Girasoles al amanecer

La historia desplegada en estas páginas se desarrolla en una Comunidad del Valle Sagrado de Perú. Sus protagonistas son Buscadores de diferentes países que unen sus vidas para crecer juntos, acogiendo las costumbres y el conocimiento de una cultura ancestral. Aunque el escenario y los personajes descritos propicien la narrativa sobre los misterios de una Tradición milenaria, el desarrollo de la obra profundiza más en las relaciones a todos los niveles: con la naturaleza, con los elementos, con el trabajo, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje; en definitiva, con uno mismo. Es la historia de una comunidad de Hombres y Mujeres Medicina que eligen el camino de la sanación, mostrando con sus vidas cómo enfrentar la existencia de una forma más sencilla, honesta y fuerte…

“Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo, para colmar el nuevo día, que girar en dirección al sol…”

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Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

Búsqueda y Encuentro

El otro día reflexionaba sobre la diferencia entre vivirse la búsqueda o vivirse el encuentro. Caminar sin un mapa o seguir las huellas de los maestros… La vida es la Gran Maestra. Al final todos acabamos confrontándonos con nosotros mismos en esos tramos que marcan la trascendencia. Soledad, miedo, muerte, desamor, incertidumbre, vulnerabilidad…. Un buscador disciplinado, un discípulo, se pone por voluntad propia en esos tramos y aprende y trasciende y sigue adelante. La gran masa estamos entretenidos en crear un mundo de protecciones para evitarlos, pero en algún momento la vida nos pone delante del aprieto sin dejarnos opción a esquivarlo. Aun así podemos elegir entre rendirnos a nuestra verdad –y en esa rendición renace un nuevo canto a la vida– o rebelarnos –ensanchando la frontera entre vida y muerte, fortaleciendo el egoísmo, perpetuando el desamor en nuestras relaciones, haciendo a la duda inteligente…–.

¿Está más cerca de la iluminación el canto a la vida o el canto a lo que ya murió? ¿El canto a la expansión mental o el canto al vacío de la meditación? Para mí el canto mismo es la luz. La vida se nubla y llueve y truena para que una nueva expresión resplandezca con los colores del arco iris…

En Ananda Zentre – Miami Playa – Tarragona

¡¡¡Gracias, amig@s, por motivarme a escribir una página más en el aire!!!

El mundo es una mirada

El mundo es una mirada…
El mundo está mal, dice la mirada realista. Hay crisis, corrupción, desigualdad, conflictos, injusticias, desconfianza… A la vez, las masas parecen enchufadas a la euforia colectiva que nos suministran por detrás del telón. Y ahí seguimos respirando los paisajes en los que vivimos, a fuerza de perpetuar esas fotos sombrías.
Yo quisiera cerrar los ojos por instante e inhalar otro aliento entre tanto desaliento. Acaso encontrase unos ojos entre miles de ojos, un corazón libre de tanta queja y lamento. No me interesan las estadísticas, busco una conexión auténtica que le permita a mi visión traspasar el cansancio de tanta ausencia adherida al mundo, y despierte el sentir adormecido detrás de tanta coraza pintada de desencantos. Entonces ya no veo unos zapatos con glamour sino unos pies que anduvieron caminos. Ya no veo estrategias para engañar ni engañarse sino la inocencia de una mirada que acepta las cosas como son y no tiene que pintarlas de otro color para amarlas. Veo un corazón capaz de entregarse sin reservas a pesar de haberse roto una y mil veces. Veo la vida que me sacude con fuerza en el acto de sacudirse tantas máscaras, mentiras y juicios adheridos a su espalda, que es mi espalda…

 Encuentro en Écija – Sevilla

 ¡¡¡Gracias, amig@s, por la hospitalidad, la confianza y el corazón que habéis puesto en este encuentro!!!

La luz del amanecer

… Conozco algunas personas que captan con nitidez lo que sucede a su alrededor y, sin más preámbulos, rechazan aquello que no les interesa. Tienen claro lo que desean para mañana, el próximo año o el resto de sus vidas, desechando de su camino cualquier interrogante que les pueda desviar de un trazado predeterminado. Conozco a otras personas que no remarcan lo que ya está definido ni andan entre la muchedumbre de caminos trazados. Me refiero a esos buscadores que se aventuran en lo incierto robando nuevas sendas a la vida y a los que, quizá por esto mismo, no les queda más remedio que conquistar a la confianza como el más audaz de los aliados. Cuando no hay trazados, la confianza se transforma en la fuerza necesaria para exponerse ante el misterio, para vivir con naturalidad al borde del abismo.
De estas últimas personas trata la historia que se abre ante ti. Gentes que despertaron la consciencia de sí mismas y, al mirar el mundo con nuevos ojos, no hallaron en su entorno un reflejo con el que identificarse. En la soledad de una búsqueda incógnita enfocaron sus vidas hacia la naturaleza, vislumbrando en la perfección de la Madre Tierra un lenguaje de conexión que les enseñó cómo forjar su existencia con la misma armonía, belleza y fuerza que desprende la Pachamama.
Corazones que empezaron a palpitar a un ritmo diferente y, desafiando cualquier tipo de estructura, apostaron por un camino que resonase con sus propios latidos. Una senda abierta a la alianza que cada relación aporta al proceso de avanzar, cultivando el entendimiento implícito en las relaciones con la naturaleza, con el trabajo, con los elementos, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje, en definitiva, con uno mismo.
Tenaces guerreros que bordaron en su bandera el escudo del universo y cabalgaron en la confianza hacia la conquista de aquellos horizontes visualizados en sus sueños. Luchadores en una batalla contra la inconsciencia que fundieron sus pensamientos con un fuego inflamado de otras verdades. Danzantes de la vida que arquearon las cuerdas de sus gargantas afinando cantos, lanzando rezos como certeras flechas dirigidas al corazón del Gran Espíritu.
Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo para colmar el nuevo día que girar en dirección al sol… // Extracto del libro Girasoles al Amanecer

Girasoles al amanecer en Centro Koruma – Barcelona

¡¡¡Gracias, amig@s de Koruma, por ofrecerle a los girasoles un espacio tan ameno y creativo!!! 

Libros que susurran entrelineas

Harían falta muchas vidas para poder leer tantos y tantos libros escritos en las páginas de la historia. La cantidad de información a la que tenemos acceso hoy en día es tan desproporcionada que la confusión en derredor es mayor que nunca. Entonces, ¿cuál es ese itinerario de lecturas que acaba cerrando todos los interrogantes abiertos y suaviza el ceño fruncido ante tantos asuntos que todavía no comprendemos?

Acaso el lector halle la respuesta en aquellos libros que le susurran entrelineas que las cosas simples son las más extraordinarias. Y para que ésta no sea otra frase más revoloteando entre un pensamiento y otro, le invitan a desaprender lo aprendido, recuperando así el milagro de esa mirada que se limpia a sí misma para acoger un nuevo descubrimiento, una nueva imagen. Es la magia de la mirada que se hace visión. La vida es de por sí, ya, un gran milagro. El respirar otro. Es la conciencia de las pequeñas cosas cotidianas la que nos permite asombrarnos de la extraordinaria complejidad de lo simple. La manera como germina una semilla es una gran proeza. O leer un cuento y caer en la cuenta de que es una historia seria e importante que dice de modo sencillo lo que resulta más complicado de transmitir.

Entonces, puede que el lector acompañe a esos protagonistas de los mitos y cuentos, esos locos que escapan del cobijo de su hogar, de lo conocido, y emprenden la búsqueda de tesoros que siempre imaginan bien lejos. A través de esas lecturas, nuestro amigo vivirá los procesos de superación, las pruebas inscritas en el desarrollo de la trama, que a su vez son inherentes a la propia vida. Y, después de una larga marcha esbozada de insólitas aventuras, regresará a su tierra para darse cuenta de que el tesoro que buscaba en lo lejano estuvo siempre en su corazón, o bajo sus pies. En ese recorrido, lo que realmente cuenta es que el oro del entendimiento debe ser hallado para que todo lo vivido pueda tener un sentido. Es lo que hay que leer -se dice a sí mismo-, aquí es donde hay que ir, al corazón, al presente. Aquí está mi lectura personal…

En Alhama de Granada // Acto en conmemoración al Día de la Biblioteca // organizado por la Biblioteca Inocente García Carrillo

¡¡¡Gracias, Alhama de Granada, por ese calor tan entrañable que respiramos en el aire y nos hizo sentir como en casa!!!

Semillas de un Sueño

Autora: Angela Castillo // Género: Narrativa

Sinopsis: Los protagonistas de esta historia hacen un recorrido por el paraíso de la ilusión, en el Camino de Santiago, para desembocar en las tinieblas del desamor, cuando interfieren las desavenencias de sus circunstancias externas…

Semillas de un sueño que sutiles manos sueltan al azar, agarrándose a suelos áridos. Diminutos brotes de una flor que asoman tímidos al corazón y son aplastados por la realidad…

“¿Y qué es el amor, ese cielo que la saeta de Cupido nos deposita en el corazón o ese infiernos en el que agonizamos cuando la flecha está envenenada por el miedo…?”

* * *

semillas de un sueñoSemillas de un Sueño es una historia de amor y desamor, un intento de expresar y entender la escala emocional inherente a toda relación amorosa. Al escribir esta obra trascendí muchos planteamientos erróneos sobre mi visión del amor: el miedo a fundirse en el otro, la falta de compromiso, las expectativas, la rutina, la soledad, el sentimiento de abandono… Trabajar en esta obra supuso un cambio de dirección en mi búsqueda, un desviar la mirada hacia dentro; o, parafraseando una de sus páginas, se podría decir que lo viví como un dejarse caer hasta el fondo, sin oponer resistencia alguna. Y allí donde se pierden las largas extremidades de la dualidad, donde no existe lo profundo o lo elevado, lo bueno o malo, lo masculino o femenino, me encontré con lo que hay, o sea, nada. Nada que perder. Nada a lo que aferrarse, todo es un juego en el que la nada se distrae soñando el universo de las cosas…
En las páginas de Semillas de un sueño hay más ingenuidad que experiencia, más sinceridad que habilidad, más desnudez que documentación y más corazón que técnica. Sin embargo, esta obra fue un solo paso, quizá más importante por ser el primero, pero un solo paso no hace un camino…

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