Nada que pronunciar

En los últimos tiempos hablo poco.
No llevo la cuenta de mis palabras, pero hablo poco.
Y hasta incluso me alegro, porque las palabras parecen a veces puentes a ninguna parte, estructuras de sonidos que intentan tejer caminos y autopistas en el aire, pero que, por falta de cimientos, se difuminan, se borran, olvidándose como cosa muerta, inútil, como cacharros de lata en el contenedor de los sonidos.
No significa que me haya transformado en una persona muda.
Es sólo que hablo poco, sin tristeza, sin alharacas.
Prefiero escuchar, leer y meditar. Y guardar la voz para cuando suene otra música en mi corazón que pida ser rescatada de su cautiverio. La libertad del amor es el elemento clave, la única razón que, en mi caso, merece la pena de pronunciarse.
El corazón, tan presente y a la vez el gran olvidado en los grandes relatos, reclama en silencio su sitio; dice con su latir constante que su bombeo de sangre, con el callado esfuerzo que realiza a diario, ha de ser por algo, que vivir ha de tener un significado, y también una alegría que, con palabras o sin ellas, desee ser transmitida, expandida…

Seres incógnitos

Hay seres incógnitos que no dejan huellas sobre el mundo porque ellos mismos se han convertido en rastro invisible, en pisada silenciosa, en lenguaje sutil que la experiencia acalla con opiniones múltiples de cada verdad ajena.

Hay seres que no asoman en los medios de comunicación; nadie ha escuchado hablar de ellos, ni siquiera los familiares y amigos llegan a conocerles en la profundidad insondable de su naturaleza. Y, sin embargo, son ellos el sueño iluminado que sostiene al día (a veces ensombrecido de disonancias), mientras se entregan sin remedios a la rutina de sus quehaceres.

Hay seres incógnitos que no dejan huella sobre el mundo porque ellos mismos se han convertido en acción silenciosa: hacen el amor a la luz del día (también en la noche), desde que el sol se levanta…

Silencio gestador

Queridos Corazones: ¡Agradezco infinitamente la cercanía de vuestro latido! Despierta un rumor entrañable en conexiones dormidas… Ya sabéis que amo tanto el Silencio como la Palabra… Deciros al respecto que, en los últimos meses, he acordado una distancia necesaria con las palabras (o éstas la han resuelto conmigo). Pero lo cierto es que en estos tiempos toca y me toca el silencio. Un silencio gestador que re-compone en su matriz gestadora… Es también el silencio de una realidad plena de sencillez que no se deja conquistar con palabras ni abstracciones. Una realidad que abrazo y me abraza en el relieve, textura y consistencia de las cosas… en su verdad silenciosa…
Os Abrazo desde un rincón del Silencio, hasta que la Palabra diga de pronunciarse…

Silencio

Recuerdo en una de las presentaciones que hice del libro Girasoles al amanecer cómo se me quebró la voz antes de pronunciar un discurso previamente preparado. Casi tartamudeando, dije que así estaba bien, pues sólo cuando las palabras marchitas se rompen en la garganta pueden dejar espacio a la fragancia de una Voz desconocida hasta entonces. Una voz que viene a decir aquello que nunca nombraste.
Otras veces la voz se quiebra cansada de repetir un argumento sublime que a veces no es capaz de hacer pacífica tu existencia. Entonces comprendes que hay que callar y escuchar otras voces que, desde más adentro, te dicen lo que NO ES.
Un extraño silencio acontece en tu garganta y en tu mente, donde ya no hay quejas ni exaltaciones. Sólo un callarse y que tu mudez esté a la altura del Silencio. Y si después brota una palabra, que ésta vibre en la hondura de la Voz.
Sólo queda fortalecerse para que un día –hoy, mañana, siempre-, tus relaciones estén a la altura de ese Amor que con tanto énfasis declamas…

El silencio como respuesta

Empezaba a echar en falta una retroalimentación, una simple línea que me indicase a modo de termómetro la temperatura de este último trabajo, Los Ojos de la Noche. He sentido en estas semanas un silencio tupido, ya que los ejemplares distribuidos dan opción a un comentario al menos, ¡pero no! Silencio, silencio, silencio… Y yo no he preguntado porque preguntar es forzar la respuesta que no está madura para aflorar, o porque sencillamente no hay respuestas ante un círculo que se cierra en sí mismo…

Ayer os lo comentaba en Centre Onna, ¿verdad, amig@s? Quizá me he atrevido demasiado en esta obra, quizá antes de traspasar los límites de un paradigma hay que hallar y mostrar la capacidad de expresión propia dentro del marco definido por la realidad objetiva…

Pienso ahora que quizá el silencio como respuesta sea el territorio donde yo misma haya de decidir sobre esta lectura. Y es que, realmente, he descubierto en mí todas las respuestas que el mundo me pueda ofrecer. Todas las miradas de todos los lectores están incrustadas en mis ojos y puedo leer a través del mismo arquetipo del Lector. Yo misma, desde mi propia fe o desde mi propia incertidumbre, colmo el silencio de lecturas plenas, indiferentes o confusas…

Y así, con estas reflexiones, llegó una maravillosa Respuesta, la primera que rompe el silencio.  Y, ¡claro! ¡quién se resiste al elogio! Pero he de ser objetiva, leer entrelineas. Es el Amor hacia la Palabra el que le da vida al verbo. Y es la Mirada del Amor, la que alumbra lo esencial en cada lectura, sin pararse a dilucidar sobre los matojos o ramas secas que puedan asomar entre un párrafo y otro, sino prendiéndole fuego a lo que sobra, y otorgándole calor y luz a una imagen que se amplía…

Más allá del elogio en esta Respuesta, puedo leer entrelineas el apoyo incondicional, el intento que ponen las palabras de hacer volar lo que todavía no ha desplegado sus alas. El aliento de una mirada de amor que impulsa a una visión contenida en su crisálida a percibirse desde la extensión, expansión y ampliación…

Los ojos de la noche en CENTRE ONNA

¡¡¡Gracias, Isabel, Vanesa, Purificación, Laura, Pedro, por el regalo del Re-encuentro!!!

Los Ojos de la Noche

 

No le digas al día lo que te ha contado la noche,
pues podría el sol ponerse a ensoñar…

El reloj de la infancia se transforma en un círculo de piedras donde una mujer pasa la noche haciendo su Búsqueda de Visión, invocando la sabiduría ancestral de las Doce Ancianas. La voz de la Luna Llena se convierte en el hilo mágico que va conduciendo a la buscadora, desde la medianoche hasta el amanecer, en un viaje donde la sustancia de los sueños y el tejido de la recapitulación configuran el trenzado de luces y sombras, convertido en la claridad de un nuevo canto.

Mirar con los ojos de la noche es Recordar la mirada de la piedra, del aire, del fuego, del agua. Es abrir la visión a la unidad indisoluble del Amor que abarca un solo instante todas las miradas y todos los momentos en los cuales has amado…

Un nuevo amanecer nos aguarda en la fina luz que rompe la noche. Echemos ya a andar la mirada sobre el campo de flores nuevas que están naciendo en nuestro corazón. Llenemos cada momento de hálito renovado y sintamos lo infinito de cada instante, entregados a la paz que se siente en cada entrega…

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:   lamagiadelasrelaciones@gmail.com

 También está disponible en formato digital en:            
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Girasoles al amanecer

La historia desplegada en estas páginas se desarrolla en una Comunidad del Valle Sagrado de Perú. Sus protagonistas son Buscadores de diferentes países que unen sus vidas para crecer juntos, acogiendo las costumbres y el conocimiento de una cultura ancestral. Aunque el escenario y los personajes descritos propicien la narrativa sobre los misterios de una Tradición milenaria, el desarrollo de la obra profundiza más en las relaciones a todos los niveles: con la naturaleza, con los elementos, con el trabajo, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje; en definitiva, con uno mismo. Es la historia de una comunidad de Hombres y Mujeres Medicina que eligen el camino de la sanación, mostrando con sus vidas cómo enfrentar la existencia de una forma más sencilla, honesta y fuerte…

“Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo, para colmar el nuevo día, que girar en dirección al sol…”

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Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

Abismos

Se abre un abismo inescrutable ante el ser humano que vive y se manifiesta a través de las palabras -para quien los límites del lenguaje delimitan las fronteras de su realidad-, cuando se queda sin palabras para definir esos espacios indeterminados que ninguna frase puede precisar. Y, sin embargo, es en esos espacios sin forma ni concreción donde se arraigan las construcciones mentales que a su vez van perpetuándose en los trazados que pisan nuestros pies, laboran nuestras manos o perciben nuestros sentidos.
Mas, ¿qué quedaría de nosotros si de pronto se nos cayesen todas las palabras que nos definen, si se derrumbasen de golpe todas las interpretaciones mentales que tomaron cuerpo en lo concreto?
Queda el caos, la crisis dificultosa ante un paradigma que se desmorona, pero intacto queda también ese lugar innominado, cuya materia no es palpable ni pensable, donde se enraíza la consciencia de seguir viviendo a pesar de las pequeñas muertes inherentes a todo ciclo existencial… Queda el ser enmudecido en el silencio inquebrantable, así como la oportunidad de renacer bajo los escombros que cada derrumbe deja a su paso, sintiendo cómo el latido imparable de la vida renueva tus fuerzas, tu visión y tu canto…

Girasoles al Amanecer en Planeta Azul / Córdoba

¡¡¡Gracias, amig@s, por el espacio y la oportunidad que han inspirado a escribir en el aire otra página más!!!

Los ojos del peregrino

Mi tiempo se acabó antes de lo previsto y no pude permitirme más días en el Camino. La realidad que dejé atrás se colocó, irremediablemente, delante de mí, sin ofrecerme opción alguna para evitarla. Pero no creas que la decepción hizo su asomo ante la idea de abandonar mi aventura casi a las puertas de superar el objetivo; llegar a pie hasta el final. ¡Qué importancia tenían unos kilómetros más o menos! Los pasos andados ya me enseñaron que proyectarse hacia delante no tiene tanto mérito, es una continua práctica de ejercicios que la propia existencia ya te hace desarrollar, constancia, resistencia, voluntad. Y, sin embargo, lo más arduo, es llegar al momento en que te encuentras ahora. En los breves instantes que lo conseguí, sentí que aquello debía ser lo que los místicos definen como cielo.

No pude resistir la tentación de subirme a un autobús que recorrió en pocas horas la misma distancia que mis pies hubiesen tardado unos días en andar, para regalarme, aunque solo fueran unos momentos, en esa ciudad que siempre estuvo ahí como destino final. ¡El gran trofeo a mi esfuerzo! No me dirigí hacia ella para recoger el premio, sentía que la experiencia ya me había condecorado por sí misma, el motivo fue más bien entregarlo como ofrenda. Y cuando crees que puedes ofrecer un trocito de ti a la vida, ésta te sorprende con todo un banquete de placeres desplegados para deleitarte.

La cara risueña de aquella que me regaló su libro. Los brazos abiertos hacia quienes me dieron un soplo de aliento. Palabras de agradecimiento al que curó mis heridas. Risas cómplices al rememorar momentos compartidos. Apretones para aquel que me animó con su estímulo. Despedidas que no llevaban el peso del adiós sino la dicha de habernos conocido. Aire festivo. Pieles curtidas por los elementos. ¡Y la luz! ¡Esa luz en los ojos del peregrino tan difícil encontrar en el ciudadano de a pie! …. // Extracto del libro Semillas de un Sueño

Celebración de la Semana del Libro en Castillo de Locubín / Primer encuentro de escritores andaluces

¡¡¡Gracias, Castillo de Locubín, por una página más en nuestra trayectoria literaria!!!

Silencio

“El silencio es el ámbito donde todo se oye…” Rilke

El silencio se busca hoy como una terapia que pueda reparar nuestro cerebro lleno de preocupaciones y prisas. Pero todos sabemos que ese espacio silencioso es sólo un breve descanso; la vida de cada día, con su desenfreno, se acaba imponiendo siempre. Y cuando la huida del ajetreo no es posible, entonces se buscan espacios de relax, grupos de meditación, de yoga, todo con el fin de poder sobrevivir. Pero el buscador, la persona que dentro de sí vivencia el crecimiento de la luz y espera gozosa la llegada de la Primavera, sabe muy bien que el silencio no está hecho para calmar la mente, no supone una experiencia de relajación, una dormidera ante el agobio de la vida. O no sólo eso. La pedagogía del silencio auténtico está concebida para aprender a escuchar. Por eso tanto para los buscadores solitarios como para las comunidades que están implicadas en el crecimiento de la consciencia, el silencio no es un valor absoluto, es sólo una condición fundamental para estar atentos…

El silencio auténtico no es pues un espacio meramente terapéutico, aunque esto tenga su valor, sino la condición para escuchar, desde lo más profundo de nosotros mismos, la Palabra. Y cuando las palabras brotan de ese silencio sereno y atento traspasan sus límites y, aunque sigan diciendo lo que siempre se ha dicho, nos dejan en el alma la paz que traen de ese silencio donde nacieron…

En La Carolina – Jaén

¡¡¡ Gracias, La Carolina, por ese silencio receptivo del que nacieron palabras colmadas de paz!!!

Bajarse del mundo

La noción “bajarse del mundo” tiene un significado más hondo de lo que la mente ordinaria suele considerar. No se trata de apartarse del tumulto el fin de semana, o de irse de vacaciones, o tomarse un año sabático…, porque en todos estos casos el mundo sigue ahí, presente en nuestra mirada. No consiste pues en un cambio exterior que no cambia nada: “Quien cruza los mares, cambia de clima, no de carácter” decía Horacio.
A mi parecer, uno “se baja del mundo” cuando detiene su diálogo interno, cuando cesa de bambolearse con el flujo de los acontecimientos como una hoja llevada por el viento. No hablo de un inmovilismo que nos impediría crecer o de un detenerse que sería retroceder, sino de seguir actuando en el mundo desde la no-acción, desde la no-intencionalidad, centrados en nuestro Yo más profundo como un eje alrededor del cual giran todas las cosas. Parece una contradicción lo que digo pero, ¿por qué no probarlo por un instante en lugar de cuestionarlo? Tal vez entonces, al no ser perturbados por nada, impertérritos ante los aconteceres que no podemos controlar pero que tampoco nos controlan, podamos por un instante ser quienes somos…

GIRASOLES AL AMANECER en la Biblioteca Pública Municipal de Bargas – Toledo

¡¡¡Gracias, amig@s, por abrirle vuestro mundo a los girasoles!!!

Semillas de un Sueño

Autora: Angela Castillo // Género: Narrativa

Sinopsis: Los protagonistas de esta historia hacen un recorrido por el paraíso de la ilusión, en el Camino de Santiago, para desembocar en las tinieblas del desamor, cuando interfieren las desavenencias de sus circunstancias externas…

Semillas de un sueño que sutiles manos sueltan al azar, agarrándose a suelos áridos. Diminutos brotes de una flor que asoman tímidos al corazón y son aplastados por la realidad…

“¿Y qué es el amor, ese cielo que la saeta de Cupido nos deposita en el corazón o ese infiernos en el que agonizamos cuando la flecha está envenenada por el miedo…?”

* * *

semillas de un sueñoSemillas de un Sueño es una historia de amor y desamor, un intento de expresar y entender la escala emocional inherente a toda relación amorosa. Al escribir esta obra trascendí muchos planteamientos erróneos sobre mi visión del amor: el miedo a fundirse en el otro, la falta de compromiso, las expectativas, la rutina, la soledad, el sentimiento de abandono… Trabajar en esta obra supuso un cambio de dirección en mi búsqueda, un desviar la mirada hacia dentro; o, parafraseando una de sus páginas, se podría decir que lo viví como un dejarse caer hasta el fondo, sin oponer resistencia alguna. Y allí donde se pierden las largas extremidades de la dualidad, donde no existe lo profundo o lo elevado, lo bueno o malo, lo masculino o femenino, me encontré con lo que hay, o sea, nada. Nada que perder. Nada a lo que aferrarse, todo es un juego en el que la nada se distrae soñando el universo de las cosas…
En las páginas de Semillas de un sueño hay más ingenuidad que experiencia, más sinceridad que habilidad, más desnudez que documentación y más corazón que técnica. Sin embargo, esta obra fue un solo paso, quizá más importante por ser el primero, pero un solo paso no hace un camino…

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