Árboles

¡Ay, si los árboles hablasen…!
Y, sí, déjame creer que los árboles hablan, que entablan un permanente diálogo en sus refrescantes sombras. Dicen en el crujir de sus ramas, en el murmullo de sus hojas movidas por el viento. Quiero pensar que dialogan con los silbidos de las aves que en sus recovecos hacen nido. Puedo sentir cómo nos dan su amor transformando los fluidos del aire en oxígeno, en aliento para la vida, a la vez que nos regalan el perfume de sus flores y la dulzura de sus frutos.
¡Tantas cosas innombrables que ellos dicen, y nos hemos dicho a la sombra de un Árbol! Y, ahora que lo pienso, ¿no fue acaso, todo cuanto dijimos tú y yo, el diálogo que por siempre han mantenido el viento y las ramas?…

Parajes y paisajes

Mientras escribo renglones en las páginas del día a día, la Naturaleza me enseña que todo está ya escrito en sus paisajes. Y, sí, hay parajes yermos por los que toca transitar a veces, aunque, si miro bien, alguna pincelada de verde esperanza asoma siempre por algún recodo y, si no me canso en el devenir incansable del camino, aparece sin duda otra panorámica que refresca la mirada y el sentir… Lo importante, digo yo, es que la visión y los pies (el propósito y la acción) avancen juntos en la travesía…

Madre Tierra

En el ejercicio de relacionarme con la Madre Tierra se ha ido configurando la Medicina de las Relaciones, basándome en el desarrollo de mi propia relación con la naturaleza. Las relaciones naturales no dejan cabida al conflicto. La vida toma de la vida y crece la vida. Desde el prisma humano se podría considerar muerte, o conflicto, lo que la vida ha transformado en más vida, pero cuando siento lo que desprende un paraje virgen y natural, intuitivamente comprendo que, pese a que vida y muerte, adhesión y rechazo, danzan al unísono en el hábitat, el resultado siempre es una sensación de vitalidad, de fuerza, de salud, de equilibrio.

Gaia nos enseña a relacionarnos desde esa armonía, desde ese intercambio energético que genera más energía, traduciéndose en más conciencia para la naturaleza humana. Y también nos indica, en la manera de acercarnos a Ella, cómo es nuestra actitud de relacionamiento a todos y en todos los niveles. A veces la vemos útil y utilizamos sus recursos, así como establecemos relaciones de interés en nuestras vidas. Otras veces la amamos y disfrutamos a ratos de su abrazo y de la belleza de sus paisajes, como esas relaciones sin compromiso que tanto abundan en estos tiempos. La mayoría de las veces ni siquiera nos acercamos ni la sentimos, aunque nos gusta mirar las espectaculares fotos de National Geographic que circulan en Internet… Sea cual fuere la manera en que la vivimos, lo cierto es que la Madre Tierra sigue cumpliendo con su compromiso, sosteniéndose y sosteniéndonos en sus ciclos.

Gaia sigue creando vida mientras aprendo a no contaminarla ni contaminar mis relaciones personales… a no derrochar los recursos que me ofrece para no ir generando deudas colaterales… a descubrirme en cada una de sus estaciones, notando la intensidad de mis primaveras interiores, la abundancia de mis veranos, la serenidad en mis otoños… Y aunque los fríos me encogen mostrándome la fragilidad del ser humano educado en la individualidad, comprendo finalmente que es la dureza de mis inviernos la que fortalece el compromiso de mi relación con la vida, con los demás y conmigo misma…

Cosechas de papel

Ayer observé en la sucursal del banco a un funcionario estresado, poniendo en una caja fuerte muchos fajos de papel. Luego pasé por una librería y vi papel y papel encuadernado, colmando estanterías y estanterías. Después, caminando por el centro, me fijé en un muchacho fatigado con una mochila cargada de folletos que entregaba a los viandantes. Finalmente, en un paraje natural, admiré las ramas de los árboles danzando con el viento del atardecer; ajenos viven éstos a nuestras cosechas e intercambios de papel y, por un instante, el rumor de las hojas me regaló las palabras precisas y preciosas que mi alma necesitaba leer …

Pensamientos de agua

Caminando por la cuenca de un río seco, vino un sombrero de nubes a contarme el diálogo entre el agua gaseosa y la cañada:
– Busco una vertiente donde morir como nube y nacer como río –dice la una –. Un cauce que me contenga sin empantanarme, que le dé sentido y dirección al flujo jubiloso de ser lo que soy: Sentimiento.
– He muerto como río desde que no fluyen tus aguas por esta quebrada – responde el otro–. Pero, como ves, voy aprendiendo a ser Camino. Aprendiendo a sentirte en los pasos que me transitan…

Aprendiendo a ser un puente

Me quedé a medio camino de ninguna parte. Ningún leñador quiso convertirme en fuego que calentase su hogar. Ninguna sombra ha refrescado el sudor de las gentes en las calurosas tardes del verano. Ningún fruto ha brotado en el borde de mis ramas que endulzara el paladar de bocas sedientas.

No recuerdo en qué momento la tierra empezó a resquebrajarse bajo mi tronco y la mitad de mis raíces quedaron desprotegidas a la intemperie. Nunca he medido el tiempo así como lo miden las gentes que habitan estos parajes, dejando la huella de sus ilusiones inscrita en la piel de mi tronco. Para mí el tiempo es un giro repetitivo que me fue estirando en cada vuelta. Las estaciones me han vestido y me han desnudado. Y, sí, a veces envidié a esos pies peregrinos que huellan otros caminos perdiéndose en el horizonte, pero me consolaba saber que, aunque nunca pude desplazarme en la extensión de estas tierras, he conquistado el horizonte desde las alturas a medida que mis ramas fueron ganándole espacios al aire.

El murmullo del río estuvo ahí desde siempre, manso en los días en que el viento se adormecía en los rincones del bosque, cantarín cuando una brisilla se desperezaba en las mañanas primaverales, tempestuoso en los grises inviernos. Creí que el río era mi amigo hasta que un día vi desbordarse sus aguas subiendo en embestidas sobre mi tronco. Abrazo torrencial que se llevó consigo la tierra que sostenía mi estabilidad.

Mi caída fue lenta. Sencillamente dejaron mis ramas de estirarse hacia las alturas y respondieron a la atracción que el suelo ejercía sobre ellas. Finalmente, mi tronco no pudo sostener por más tiempo la verticalidad. Sólo recuerdo el estruendo de la caída que me dejó viviendo entre dos orillas. Sin embargo, y ahora que lo pienso, me doy cuenta que estoy a medio camino de todas las partes, si acepto mi nueva condición de puente…

El Lenguaje de la Naturaleza

Por detrás de las partículas y moléculas que configuran el mundo que podemos ver y tocar, hay un mundo de luz que se ordena de otra manera a como los ojos están acostumbrados a ver. Es un mundo lleno de magia, de una inteligencia que responde a otro orden. Hubo un tiempo en el que el ser humano poseía una relación tan profunda con la Naturaleza que incluso podía acceder a realidades paralelas que permanecen ocultas a las miradas apresuradas, dispersas y superficiales de nuestra actualidad. El vínculo con la Naturaleza perdura en estos tiempos para quienes mantienen una íntima relación de autoconocimiento en la observación de los fenómenos naturales. Hay un lenguaje simbólico en cada palmo de paisaje que siempre está contando cosas para tod@s, y a cada cual le cuenta lo que necesita para sí, para su momento único e irrepetible. Habla siempre el soplo del viento, el canto del pájaro, el susurro de las hojas, el fluir de las aguas, el ciclo de las estaciones. La Naturaleza le habla a quien está atento para «escuchar», para «leerse» en un lenguaje olvidado por el intelecto pero que el corazón sí recuerda…

La percepción de crecimiento

Hace unas semanas que llegué con la Primavera. El ciruelo y el almendro estaban vestidos de blanco. El laurel sigue enfermo con un teñido oscuro en sus hojas, pero le han nacido tallos nuevos pintados con el verde intenso de la vida que se renueva pese a todo. El invierno todavía descansaba en las ramas desnudas de las dos moreras y, sin saber cómo, ya son visibles los brotes de los frutos venideros. Mermelada de moras. En alguna mañana del porvenir nos sentamos a desayunar a la sombra del ciruelo y en algún intervalo silencioso paladeamos la esencia del crecimiento y el sabor de las estaciones untados en la tostada.

Crecimiento. Crecer. Hacer el recorrido para que se haga visible, palpable, degustable, lo que somos en estado potencial. Encontrar la libertad de ser plenamente lo que somos. Y me conduce la reflexión a tomar consciencia de cómo la idea de crecimiento ha hecho un giro de 180 grados en mi percepción. La exigencia que antaño le puse al propio crecimiento, ese “quiero más”, más recursos, más conocimiento, más opciones, más de ti… ha cambiado por este “cuánto de grande es el espacio de libertad en mí”. Al fin y al cabo mi corazón es un pajarillo que escribe el canto del aire en las ramas del árbol, aunque a veces exclama la tristeza del encierro, de tantos obstáculos y barrotes que le niegan el vuelo.

En este encuentro de bienvenida a la primavera he podido comprobar que, mientras quedé atrapada en las tormentas y barrizales del invierno, peleándome con las penumbras de la incertidumbre, la Madre Naturaleza seguía gestando nuevos paisajes en el giro del tiempo. Y es porque pude soltar, reconciliarme, aceptar, amar pese a todo, que este pajarillo pudo alzar su vuelo en esos instantes compartidos y escribir en otros corazones el dulce aleteo del amor…

Celebración de Bienvenida a la Primavera / Punto de Equilibrio Garraf – Barcelona

¡¡¡Gracias a todos los corazones que acudisteis al llamado!!! Que los nuevos brotes de cada árbol que somos encuentren su espacio de florecimiento y un canto dichoso en nuestras ramas…

Madre Naturaleza

La vida se entrega a sí misma en la misma vida para que sigamos alimentándonos de vida. Esto se ve en casi todas las criaturas que asoman y se transforman en la piel de la Madre Naturaleza: cuanto más conectadas están con su esencia más buscan el alimento vivo que las nutra de vida; no acechan lo que ya está muerto y, si algunas lo hacen, es porque son carroñeras.

La vida se alimenta de la vida, pero te acostumbras a nutrirte de materia inerte, de tiempos caducados, de un devenir gestado en la indiferencia, en el miedo o en la huida del presente.

Está muerta la vela que ha consumido toda su mecha y, de nuevo a oscuras, te enfadas con la cera derretida o agradeces por la luz que alumbró lo que no estaba visible en ti. Está muerto el pasado y la vida pone otras velas en el camino, nuevas relaciones, más regalos.

Lo que te vives en tu cueva oscura es una oportunidad única de agradecer por un espacio que nunca existió y ahora está vivo en la consciencia. Agradecimiento por la claridad que nace de ti cuando se apaga el resplandor en tus ojos, cuando entiendes que la luz de la vela consumida en el ayer sigue encendida en tu mirada presente y alumbra ya el rostro de un paisaje naciente. Gratitud al recordar cómo el latido de la vida sustenta la forma de un sueño que se gesta en las entrañas de la materia y resuena en tu propio vientre.

¡Siente, siente el pálpito de la Madre! Siente el amor infinito que te sigue gestando en un tiempo sin tiempo, en un espacio sin límites. La vida es una piedra inerte y dormida si no la nutres de un sueño que asoma y se transforma en ti desde siempre…

Encuentro de Conexión con la Madre Tierra en el Garraf – Barcelona

Corazón de la Tierra

En el corazón de Catalunya,  la sagrada y mágica Montaña de Montserrat nos llamó a ser participes de una ceremonia intertribal donde se compartieron tradiciones y conocimientos milenarios, reuniéndose en un mismo rezo  los guardianes de la memoria ancestral de diferentes puntos del planeta. Una plataforma de intercambio espiritual y cultural de las tradiciones originarias, unidas durante cuatro jornadas en un solo corazón.

La Magia de las Relaciones se manifestó en esa carpa abierta al sol de la tarde y a los verdes de la montaña. Era imposible atrapar con palabras el instante mágico, y quizá por esto mismo se fueron cayendo las sílabas del discurso, mientras éramos transportados en el abrazo de cada verbo resonante…

Encuentro Internacional de Sabios y Tradiciones en Mas Gras 

Llamado del Corazón de la Tierra

 ¡¡¡Miles de gracias a la Organización y a la Voluntad de tantos seres que han avivado desde el propio sentir el latido de tantos corazones…!!!

Madre Tierra

La energía circula por todos los rincones del ser, con tanta fuerza que se desborda más allá de los límites concebidos por la personalidad. La comunión con la brisa, con los rayos del sol, con el paisaje…, acaece inesperada y sorprendentemente. La paz se instala en el corazón como un sosiego que en nada se parece al vacío, el aburrimiento o la desidia. Es un estado de plenitud en el cual el ser se llena de todo, porque con todo puede identificarse, a la vez que nada le pesa, puesto que a nada se queda aprehendido.

Por momentos, la desbordante energía causa dolor físico. El cuerpo quiere estallar en millones de partículas y fundirse con el universo, o postrarse ante la magnitud de la Madre Tierra para sentir el éxtasis de la rendición. En un instante sin tiempo, el ser comprende que toda la creación, toda la belleza y abundancia de este planeta, es el resultado de ese gozo perenne en el que vive la Pachamama. Una clara revelación atraviesa la mente: el cielo existe en la plenitud terrenal y no es preciso esperar la muerte para habitarlo. Se trata de una comunión, de dar el salto y alcanzar las luminosas semillas de los dioses para sembrarlas en la realidad cotidiana, de disfrutar de sus frutos en este presente.

De esa comunión brota la adoración, la auténtica alegría, esa mágica conjunción de estados del ser que hemos olvidado. Y esa comunión también nos obliga a traspasar la pesadumbre de una batalla que proyectamos hacia los demás, hacia lo externo, pero que siempre es contra nosotros mismos. Aflicción que a la vez es la alegría de ser partícipes protagónicos del drama cósmico, danzantes al son de las fuerzas escogidas. Y cuando la fuerza del Amor nos elige, cuando ya nos sentimos danzando en sus designios, sólo nos queda atender el llamado y despertar, avivar el fuego interior en nuestra sangre divina…

Extracto del libro Girasoles al Amanecer

 Encuentro en Montserrat

¡¡¡Gracias, Madre Naturaleza, por tu limpia, tu abrazo, tus colores, tu perfume!!!

En la Fira per la Terra

En la FIra per la Terra – Parque de la Ciudadela – Barcelona

Si te lo llevas contigo te regalo un canto.
¿Un canto?
¡Sí! ¡Ya sé! Hay muchos… Pero éste es un canto que te va a encantar…
Y ahora me miras de otra manera, mientras vuelan nuestros corazones juntos, como mariposas que le cantan al sol, mientras sentimos el latido de la Madre Tierra en las resonancias del tambor…
El libro se va contigo, o se queda en la mesa, pero tú sabes, y yo sé, que por un momento la magia de las relaciones ha escrito otros renglones en las páginas del sentimiento.

¡¡¡Gracias, amig@s, por acercaros a traerme la  alegría del Reencuentro!!!

Los Ojos de la Noche

 

No le digas al día lo que te ha contado la noche,
pues podría el sol ponerse a ensoñar…

El reloj de la infancia se transforma en un círculo de piedras donde una mujer pasa la noche haciendo su Búsqueda de Visión, invocando la sabiduría ancestral de las Doce Ancianas. La voz de la Luna Llena se convierte en el hilo mágico que va conduciendo a la buscadora, desde la medianoche hasta el amanecer, en un viaje donde la sustancia de los sueños y el tejido de la recapitulación configuran el trenzado de luces y sombras, convertido en la claridad de un nuevo canto.

Mirar con los ojos de la noche es Recordar la mirada de la piedra, del aire, del fuego, del agua. Es abrir la visión a la unidad indisoluble del Amor que abarca un solo instante todas las miradas y todos los momentos en los cuales has amado…

Un nuevo amanecer nos aguarda en la fina luz que rompe la noche. Echemos ya a andar la mirada sobre el campo de flores nuevas que están naciendo en nuestro corazón. Llenemos cada momento de hálito renovado y sintamos lo infinito de cada instante, entregados a la paz que se siente en cada entrega…

Si deseas regalar o regalarte este libro en formato impreso, contacta con:   lamagiadelasrelaciones@gmail.com

 También está disponible en formato digital en:            
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Girasoles al amanecer

La historia desplegada en estas páginas se desarrolla en una Comunidad del Valle Sagrado de Perú. Sus protagonistas son Buscadores de diferentes países que unen sus vidas para crecer juntos, acogiendo las costumbres y el conocimiento de una cultura ancestral. Aunque el escenario y los personajes descritos propicien la narrativa sobre los misterios de una Tradición milenaria, el desarrollo de la obra profundiza más en las relaciones a todos los niveles: con la naturaleza, con los elementos, con el trabajo, con el mundo invisible, con los compañeros de viaje; en definitiva, con uno mismo. Es la historia de una comunidad de Hombres y Mujeres Medicina que eligen el camino de la sanación, mostrando con sus vidas cómo enfrentar la existencia de una forma más sencilla, honesta y fuerte…

“Girasoles decaídos tras una larga noche de sombras oscuras, que despertaron una mañana abriendo sus pétalos a la luz del amanecer, elevaron sus corazones hacia el cielo y no necesitaron más motivo, para colmar el nuevo día, que girar en dirección al sol…”

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Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

Jornadas de alimentación

En estos últimos años he conocido a muchas personas de diferentes geografías que quieren dejar atrás la cultura del cemento, retornando a la cultura de la tierra. He visto muchos intentos de comunidades, apuestas comunes en pueblos perdidos o abandonados, donde un grupo de personas se asienta en un espacio virgen con la intención de reinventar la evolución a la vez que sueñan cómo reinventarse a sí mismas. El libro Girasoles al amanecer que escribí y me viví hace años, habla precisamente de ello. Sin embargo, pese a lo idílicas que puedan parecer esas páginas escritas, lo cierto es que el tejido del sueño bucólico se desgasta, se rompe, en el ejercicio de la convivencia. Y también porque hay que afrontar una realidad: la tierra exige, a quien la trabaja y vive de ella, una energía diferente a la sustancia de la que están hechos los ideales. Curiosamente, todos los grandes escritores que alabaron el campo, que ensalzaron la agricultura y el pastoreo, vivían en ciudades, así que poco sabían sus plumas de la labranza, la siembra, la cosecha, la siega, la ganadería, el horneo. Y es que la voluntad, la fuerza, el conocimiento de todo lo que está relacionado con la producción del alimento, anclan sus raíces en la memoria de los pueblos y de algunos abuelos que todavía viven para contarla, como así me la han contado….

En Frailes, III JORNADAS DE CRONISTAS E INVESTIGADORES DE LA SIERRA SUR DE JAÉN // Historia de la Alimentación en la Sierra Sur de Jaén

¡¡¡Mi agradecimiento a ADSUR y ACISUR por impulsar y organizar estas Jornadas, y también al Excelentísimo Ayuntamiento de Frailes por la acogida que nos ha ofrecido!!!

Un fuego, una flecha, un destino

Soy un fuego, una flecha y un destino. Y soy las tres cosas al mismo tiempo. A veces me vivo como llama encendida en el pecho, a veces como proyección, propósito o proyecto, a veces como culminación de una meta que le da su razón de ser al impulso primero y al recorrido. Pero soy las tres cosas en un mismo instante.
Soñé con una montaña enorme que se alzaba como una masa densa ante mi cabeza  doblada hacia atrás atisbando sus cumbres. El fuego de mi voluntad se extinguía ante la lejanía inalcanzable de mi destino; pesaban mis huesos como esa misma mole de piedra en cada intento por escalarla. Pero la cima me alentaba impasible desde lo alto, diciéndome: “solo tienes que dar un paso, el paso de ahora, el único paso…” Sonreí a la cúspide y ya dejé de mirar hacia arriba; sencillamente di un paso, y otro y otro… No sabría decir a ciencia cierta cuántos pasos dieron mis pies antes de que se diera el cambio de percepción. ¡¡¡La montaña me estaba entregando su fuerza!!! Yo era una misma con la montaña.  Y, sin darme cuenta, ya estaba en la cima, liviana como la cima.
Desde allí, desde las alturas, atisbé mi recorrido y pude ver al fondo de la ladera a una mujer cansada con la cabeza doblada hacia atrás, mirando en mi dirección. Desde allí le envié el mismo aliento que yo recibiera antes: “solo tienes que dar un paso, el paso de ahora, el único paso…” Sentí su sonrisa en mi corazón y comprendí que ella y yo éramos la misma, en un mismo instante. Un mismo fuego, una misma flecha y un mismo destino…

Encuentro en Montserrat – Barcelona

¡¡¡Gracias amig@s, por traer la fuerza de vuestro canto a este compartir!!!

Mujeres de Luz

Mujer de luz… desde siempre hemos sido y somos poseedoras de un saber mágico y maravilloso… un saber de amor y sanación… es el momento de volar hacia la eternidad… despertar toda esta sabiduría… dedicar este hermoso trabajo de luz a nuestra Madre Gaia… agradecerle infinitamente todas las bendiciones que nos ha brindado… reconectarnos y honrar a la Abuela Luna quien nos guía por este sendero y nos permite atravesar por los distintos mundos para adquirir sabiduría… te invitamos a que te unas en éste infinito círculo que trasciende espacio y tiempo … vive en ti … es la luz del fuego … la fuerza de la tierra … la serenidad del aire … la fluidez del agua …

Encuentro organizado por Círculo de Mujeres para la Sanación de la Madre Tierra
En el Cañón de Río Lobos – Soria

Una treintena de mujeres nos reunimos en círculo ante el Caldero. Cada cual puso como ingrediente personal la esencia que ha ido acumulando en ese puchero que el día a día cocina a fuego lento… Desde la perspectiva de que la realidad de cada cual aporta los ingredientes necesarios para que la alquimia se produzca en nuestras vidas, no era necesario recorrer 600 km para poner una intención en ese caldero mágico, activado entre todas con el fuego de nuestros corazones. Sin embargo, algo ha cambiado, no soy la misma que regreso por la misma carretera que me condujo hacia el Cañón de Río Lobos. El puchero de mi realidad cuenta ahora con la sustancia de esas mujeres hermanas, con la intensidad de sus risas, sus llantos, su creatividad, sus silencios, su generosidad, sus palabras… la magia de sus corazones.
Y sé que el Corazón de la Madre Tierra sintió nuestro canto y  escuchó nuestro rezo, que curó nuestras heridas profundas cuando la gran cueva nos abrió sus entrañas para parirnos de nuevo como hijas de un mismo útero, como hermanas de un mismo vientre. Y ahora sé que la varita mágica abrió la puerta a esa dimensión donde infinitos sueños tejidos con hebras de luz esperan su turno de cruzar a este lado de la realidad. Esperan desde siempre a que cada cual abra su propia puerta (se abra de corazón) y le dé forma en esta realidad palpable a esa expresión única y original inscrita desde siempre en el tejido de su ser.

Sábado 21 Mayo – 22:22
CONVOCATORIA MUNDIAL PARA CIRCULOS DE
MUJERES POR LA SANACIÓN DE LA MADRE TIERRA

¡¡¡Gracias, Doncellas, Madres, Reinas, Ancianas, por expresar la magia de vuestros corazones!!!

Desde otro lugar en mí

Hace cinco años, por estas mismas fechas, caminaba en solitario por Montserrat, con un diálogo interno, en el cual le pedía a la montaña que me mostrase un mapa, una mirada a vista de pájaro que me indicara el lugar donde había desembocado mi recorrido vital. Anduve un rato despreocupada ya de este asunto, hasta que de pronto se abrió el paisaje a través de un gran ventanal de piedra, una inmensa apertura que me permitió divisar el horizonte a lo lejos. Campos y campos vestidos con los colores de la tierra fértil y de la primavera. Miré luego hacia el fondo, bajo mis pies, cómo la densa vegetación apenas permitía que los rayos del sol se adentrasen en su espesura. Me giré alzando la cabeza y mi visión no pudo abarcar los límites de aquellas gigantescas piedras sosteniéndose en las alturas. ¡Bien! La montaña me respondía mostrándome el mapa que antes le había pedido. A modo de síntesis me estaba diciendo: «saliste de la espesura, tu visión es más amplia, pero te queda un largo recorrido para reconocerte en tus alturas»
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Hoy, después de cinco años, se me ofrece la ocasión de caminar en compañía, en muy buena compañía, por esas sendas recónditas de la montaña, que tiempo atrás no pudo alcanzar mi vista en toda su amplitud. Y sin que yo haga preguntas, porque todos los interrogantes se me fueron cayendo en el trayecto que me condujo a este día, se abre en el paisaje el mismo ventanal de piedra que antaño me respondiera. El vértigo ha sustituido hoy a la sensación de incertidumbre que sintiera ayer. ¡¡¡Cuánta dicha en estos parajes inexplorados que no puedo traducir en palabras!!!
Al compartir esta reflexión con mis compañeros de viaje, me pregunta Martí: ¿Quiere decir que ahora vives desde más arriba, Angela?… Y le respondo: “No, quiere decir que caminé en estos años y que mi perspectiva ha cambiado, pues miro el mismo paisaje desde otro lugar en mí…”

En la Ermita de Sant Dimas – Montserrat, donde pudimos apreciar de cerca la Escultura y sensibilidad de Martí Morro

¡¡¡Gracias, Lola, Martí, Angels, Antonio, Eli, Montse… por abrirle nuevas sendas a mi comprensión!!!

Conectando con lo Sagrado

El propósito que guía este Encuentro es abrir el corazón a la vibración de los cuatro elementos –Tierra, Aire, Agua y Fuego-, acogiendo el regalo que  cada uno de ellos nos entrega en forma de fuerza, entendimiento y sanación; en una oportunidad de ir descubriendo espacios inexplorados del ser… Desde lo sagrado de ti puedes establecer una relación con lo sagrado de la Madre Tierra, pues Ella escucha en tu silencio, en tu canto, en tu rezo y, sobre todo, en el balbuceo del primer  acercamiento. Ella oye los anhelos más íntimos del corazón, sana las heridas profundas y te fortalece  para que cumplas con el compromiso  que tienes contigo mismo, con tus relaciones y con la Vida…

DSCF4363Y así fue que el Agua fluyó a través de nuestras venas y nos dejó su transparencia en el sentimiento… El Aire afinó nuestros instrumentos musicales y dejó en la humedad del ambiente notas acompasadas con nuevos entendimientos… La Tierra acogió nuestras ofrendas y semillas de nuevos propósitos, mientras sentíamos su latido bajo nuestros pies… Y, pese a que las lluvias no nos permitieron prender el Fuego, finalmente nos convertimos en leños y encendimos una llama en nuestros corazones que seguirá ardiendo más allá de las estaciones… 

Del 22 al 24 de Abril – Conectando con lo Sagrado – En Vallfogona de Ripollès – Girona

¡¡¡ Gracias, Alex, Alvaro, Berta, Charo, Eva, Inma, Juan, Jordi, Kris, Mónica, Rosa, Rosa… por ponerle vuestras mejores notas a este encuentro!!!

La frágil plenitud

Dicen que la rosa es la flor preferida de la Madre Tierra.
En el aleteo de nuestros sentimientos notamos que finalmente se abre inocente el corazón como la frágil plenitud de una rosa. En esa apertura no hay ya interrogantes que resolver pues belleza y perfume son la respuesta a un proceso natural de evolución.  Fue el tallo el que preguntó antes: ¿cómo protejo la flor, mi luz, de las energías negativas y oscuras? Y solventó el asunto cubriéndose de espinas. Y cumplió en parte con su cometido, ahuyentando a quienes no gustan del contacto con el punzón. Pero no pudo proteger a la rosa de unas tijeras en manos enguantadas, ni de la tormenta, ni del paso del tiempo que la marchita.
La creencia de protección, de que hay que protegerse, está arraigada en nuestras concepciones mentales, en nuestros juicios sobre el bien y el mal, creando muros, armamentos y enfermedades en el mundo que nos rodea. No podemos entrar con esa losa en el espacio del corazón, al igual que las espinas no tienen cabida entre los pétalos de la rosa. Pues así como la flor se marchitará, también el corazón dejará de latir un día, pero, si en su apertura deja en el aire la fragancia del amor, su esencia vivirá por siempre en los jardines de la vida…

GIRASOLES AL AMANECER en Centro Niu Ioga – El Masnou – Barcelona

¡¡¡Gracias, amig@s, por el florecer de nuevos entendimientos en vuestros planteamientos!!!