El oasis

Rodeados de desierto al frente,
de indiferencia a ambos lados, y de caos por detrás.
Atravesemos pues el desierto. ¡Adelante, pues!
El caos y la indiferencia no nos tocarán
si no los hacemos confortables en la travesía.
Porque, a su manera, el desierto
puede convertirse en un caos sin definir:
donde da igual todo, la dirección a seguir también es indiferente.
Y aún así, avancemos hacia el frente.
¡Optemos por el desierto frente a la frialdad y el sinsentido!
Él nos recordará en algún momento que el oasis no está hacia el norte
ni hacia el sur, ni hacia el este ni hacia el oeste.
El oasis está en el centro. Y el núcleo es vacuidad.
El oasis nos encontrará a nosotros entre un grano de arena y otro.

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga