Rodar y rodar…

Pero cuando las cosas ruedan con tranquilidad, en la dirección adecuada, no existen roces ni fricciones, ni siquiera sentirnos desplazados en aquellos cambios que vamos realizando. Más bien parece todo lo contrario, como una oportunidad, como si una voz nueva sonara entusiasmada desde adentro, diciéndote: ¡Qué bien! Tengo la oportunidad de ser mejor de lo que estaba siendo, de vivirme mejor los mismos pasajes de siempre…

Publicado por

Angela Castillo

Aprendiza de Poeta Maga