Cruce de miradas

Doy gracias por tantos encuentros entrañables que se dan en la comunicación, a veces verbal, a veces en un cruce de miradas que florecen en sonrisas al encontrarse… Y es que sucede que a veces nos paramos a buscarnos y otras nos despedimos en la fugacidad del segundo que nos permite reconocernos. Y no hay más fotos que exponer, ni más aplausos que solicitar, ni más que decir, porque dos silencios se han hablado y dos miradas se han visto…

Girasoles al amanecer en Purchil – Granada

¡¡¡Gracias, Purchil, por ese encuentro que le dio voz a los girasoles y a otras flores de vuestro jardín!!!

El intento de aprender

El mensaje de Girasoles al amanecer no trata de idealizar ninguna forma de vida en particular; más bien es un intento de aprender de todas las formas en las que la vida se manifiesta. Si tuviera que sintetizar en una sola frase las páginas de este libro, diría algo así como: “Toma tu vida, tus relaciones, tus circunstancias personales así como se te vayan manifestando y descúbrete en todo cuanto te rodea”  El escenario cambia, y también los personajes, en el mismo instante en nos damos cuenta de que las cosas no suceden afuera de nosotros, que para cambiar una situación hemos de aprender a mirarla de manera diferente. Es la mirada que se hace visión. Y cuando uno ve, ya no puede eludir su responsabilidad para con su vida, su entorno y sus relaciones…

GIRASOLES AL AMANECER en la BIBLIOTECA PROVINCIAL de Granada

¡¡¡ Mi agradecimiento a la Biblioteca Provincial de Granada por esa nueva oportunidad de presentar mi obra!!

Bajarse del mundo

La noción “bajarse del mundo” tiene un significado más hondo de lo que la mente ordinaria suele considerar. No se trata de apartarse del tumulto el fin de semana, o de irse de vacaciones, o tomarse un año sabático…, porque en todos estos casos el mundo sigue ahí, presente en nuestra mirada. No consiste pues en un cambio exterior que no cambia nada: “Quien cruza los mares, cambia de clima, no de carácter” decía Horacio.
A mi parecer, uno “se baja del mundo” cuando detiene su diálogo interno, cuando cesa de bambolearse con el flujo de los acontecimientos como una hoja llevada por el viento. No hablo de un inmovilismo que nos impediría crecer o de un detenerse que sería retroceder, sino de seguir actuando en el mundo desde la no-acción, desde la no-intencionalidad, centrados en nuestro Yo más profundo como un eje alrededor del cual giran todas las cosas. Parece una contradicción lo que digo pero, ¿por qué no probarlo por un instante en lugar de cuestionarlo? Tal vez entonces, al no ser perturbados por nada, impertérritos ante los aconteceres que no podemos controlar pero que tampoco nos controlan, podamos por un instante ser quienes somos…

GIRASOLES AL AMANECER en la Biblioteca Pública Municipal de Bargas – Toledo

¡¡¡Gracias, amig@s, por abrirle vuestro mundo a los girasoles!!!

Llegar al ahora

Los pasos andados en el camino me enseñaron que proyectarse hacia delante no tiene ningún mérito, ya que es una continua práctica de ejercicios que la vida te obliga a desarrollar: resistencia, constancia, voluntad. Y sin embargo, lo más difícil es llegar a ser el momento en que te encuentras ahora. Los breves instantes en que lo conseguí, pude sentir bajo mis pies lo que los místicos definen como cielo…

GIRASOLES AL AMANECER en BAMBOO ZEN DÔJÔ // Sant Boi de Llobregat // Barcelona

¡¡¡Gracias amig@s por ese espacio abierto y entrañable que nos permitió crear un nuevo paisaje!!!

Hombres y Mujeres Medicina

Medicina es cualquier elemento que mejora tu conexión con el Gran Espíritu, con el Gran MisterioDesde tiempos inmemoriales, desde que el hombre es hombre y forma la tribu, la figura del chaman aparece en todas las culturas indígenas del mundo. Es por lo tanto un lugar común, una representación universal del hombre-medicina, del hombre que sabe, del hombre de conocimiento. En su función de mediador entre un mundo espiritual y una manifestación terrenal, el chaman ejerce como sacerdote -el que hace lo sagrado- y promueve las energías sanadoras del cuerpo y del alma, restableciendo así el equilibrio y el orden espiritual… Esto es, entre otras muchas cosas, entender desde el corazón, pensar desde la unidad, sumar energía en las relaciones, poner en nuestros actos el mejor propósito, la buena intención. Tomar en nuestras manos la responsabilidad de crecer hacia nuestras profundidades y alturas que nos esperan como gran bendición de este misterio de la vida…

GIRASOLES AL AMANECER en el CENTRO L´ART DE VIURE // Vilafranca del Penedès // Barcelona

¡¡¡Gracias, amig@s, por facilitar este encuentro tan sanador!!!

La verticalidad

Como el árbol, el ser humano tiene una parte animal terrestre que pertenece al mundo físico de las formas, y otra elevada y celeste que pertenece al intelecto superior. A veces la consciencia se abre a la dimensión vertical del árbol y el ser humano  accede a un estado en el cual se detiene ante el asombro, y se desliza, intuitivamente, en el abismo de las cosas hasta el fondo, para volver nuevamente a la superficie y dar cuenta de lo imposible que resulta definir lo innominado. Entonces busca alrededor los signos que la naturaleza ya ha escrito en la vida, como símbolos de Aquello que las palabras no pueden aprehender. La verticalidad supone atravesar, romper, ir más allá de la dimensión aplanada, estereotipada, convencional y buscar la otra orilla. Entonces es cuando el hombre borra las palabras que definieron el mundo, y a él mismo, y se convierte en Verbo Creador…
Girasoles al amanecer en el CENTRO AMACVI / Barcelona
¡¡¡ Gracias, amig@s, por extraerle nuevos entendimientos a los girasoles!!!

El árbol de la vida

A veces me he acercado a meditar en los límites de mis razonamientos y casi he tocado el cielo azul en forma de silencio. Mi conciencia se ha sentado en la última rama del árbol de la vida y el viento me ha susurrado la historia de las civilizaciones, la existencia humana repitiéndose incesantemente en formas distintas. Cíclico bamboleo de tempestades que agitan ramas y pasiones del hombre hasta que la muerte le va deshojando de sus jugos y frutos.
El árbol hunde profundamente sus raíces en el reino de la muerte; su tronco alcanza las alturas del cielo, y extiende sus ramas sobre todo el universo. A sus pies, en el reino de la muerte, hay tres destinos –pasado, presente, futuro– que riegan sus raíces con el agua de la fuente sagrada de la vida. Sus ramas, con sus florecimientos y sus caídas de hojas –alegrías, sufrimientos, acciones, catástrofes–, se extienden a través de toda la geografía y de todos los tiempos. ¿Acaso cada una de sus hojas no es una biografía, cada una de sus fibras un acto o una palabra?

Girasoles al amanecer en el Centro Sammasati / Barcelona
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¡¡¡Gracias, amig@s, por seguir estando más allá del tiempo y la distancia!!!

Aprender

Se podría decir que sólo el niño aprende. El adulto va acumulando información, curriculums, propiedades, rutinas, recuerdos, desencantos… y reacciona ante la vida en base a ese cúmulo de pertenencias materiales y psíquicas con las que se ha identificado a lo largo de su trayectoria vital… Para el niño, sin embargo, el mundo que se abre ante sus ojos es un milagro, quizá porque aún no lo captura con la comprensión. Mientras dura la infancia, el niño está viviendo, de manera continuada, su personal e instantáneo aprendizaje. Él juega, está abierto al ritmo de la vida, a su latido. Juega porque él es parte del juego, aún no se dio en él la separación entre el sujeto y el objeto. Las cosas para un niño carecen de función. Sencillamente son. Después viene la educación y entonces ya no quiere jugar, quiere tener, competir, acumular. Y viene luego esa condición de adulto que lleva consigo la adulteración de lo que se debió ser, o mejor dicho, de lo que nunca se debió dejar de hacer: APRENDER…

Girasoles al amanecer en Jun / Granada

¡¡¡ Gracias, Jun, por dejarle un espacio a los girasoles entre tanto arte y tantos colores!!!

El misterio

Progresar -¿hacia qué fin?- o regresar -¿a qué inicio?-.

El río nace de una fuente y su curso le conduce a fundirse con el océano donde finalmente desaparece como río. Hay culturas, maneras de vivir, que en su recorrido se han cristalizado en tanta diversidad de formas que ya no recuerdan su esencia originaria; y hay otras corrientes cuyas aguas están más cercanas a la fluidez cristalina del origen, pero si quisieran parar el flujo, detenerse ahí, también acabarían corrompidas por el estancamiento. El impulso originario de la vida es un gran misterio, pero no se halla en el pasado o el futuro, sino aquí y ahora.

Volvemos a lo que dejamos por caminos diferentes -el agua del océano se evapora y vuelve a manar de la fuente-. Pero lo que importa es la experiencia vital que imprime relieve, singularidad, expresión al misterio de la vida. Y es que una vida sin misterio es una pobre vida. Porque necesitamos la complejidad, las selvas, las montañas, los paisajes variados, el espectáculo sublime. Porque hay algo en el ser humano que conecta con el misterio, que vibra en el misterio, que se identifica con el misterio. Nosotros mismos somos ese misterio. El error de los siglos ilustrados ha sido identificar al hombre con la razón. Como si en el planeta sólo existieran ciudades urbanizadas. Pero no todo es razón. La razón es una islita en un vasto océano de misterio.

GIRASOLES AL AMANECER en CÚLLAR VEGA

¡¡¡Gracias, amig@s, por esos interrogantes abiertos que, en sí mismos, ya eran una respuesta!!!

Paisajes vivos

Cuando nos conectamos con espacios que se desarrollan acompasados con su propia naturaleza, algo en nosotros mismos tiende a la armonía y la autenticidad; un nuevo orden más natural y propio acontece en nuestro ser. Algo se ordena y florece en nuestro interior cuando escuchamos el susurro de un río o el trino de un pájaro, o sentimos la quietud de un árbol. Entonces una nueva voz aflora en el pensamiento, como impulsada por esa música que siempre sonó en lo más hondo pero que nunca tuvimos tiempo de pararnos a escuchar. Entonces uno quiere quedarse quieto, como el árbol, y colmarse de esa nueva mirada que perfila, aunque sólo sea por un instante, paisajes vivos que se sobreponen a la rutina de prejuicios dibujada en nuestros ojos…

Girasoles al amanecer en Huétor Tájar

¡¡¡ Gracias, hueteños, por esa nueva voz que despertásteis en los girasoles!!!

Comunicar no es hablar

Me hubiera gustado, antes del encuentro con el Club de lectura de Castillo de Locubín, conocer la historia con la cual Capilla participó en un concurso literario. Entonces habría tenido una imagen en la mente que sostuviera mi argumento sobre la belleza. Entonces habría podido decir: cuando escribió sus recuerdos, Capilla transformó su pasado en algo hermoso. Pues ¿qué queda de lo vivido sino esa mirada que, de tantas veces revivir, aprende a quitarle polvo y sombras al pasado y lo colma con las luces conquistadas en cada presente?
Cuando los sabios ancianos de la América precolombina se reunían para compartir conocimiento, se sentaban en círculo frente al fuego y encendían la pipa de la paz que para ellos simbolizaba el poder de la palabra. Esa Palabra circulaba por cada uno de los componentes de la reunión y cada cual aportaba su visión a los presentes. En este encuentro me habéis ofrecido la palabra y entre todas hemos avivado el fuego del compartir. Aprendí mucho con vosotras: Comunicar no es hablar desde uno mismo, sino ponerse en el lugar del otro y hablarle desde ahí. Partir siempre de la conexión con el otro u otros para que la propia comunicación nos conduzca a descubrir otros lugares comunes… Dejé pinceladas inconexas en el aire y me quedé con la sensación de no haber creado una imagen clara. Ojala tengamos la oportunidad de encontrarnos de nuevo y, entre todas, acabemos de pintar el cuadro con los colores y pinceladas de un compartir sincero…
Encuentro con el Club de Lectura de Castillo de Locubín – Jaén – Instituto Pablo Rueda

¡¡¡Gracias, amigas, por insuflarle vida en vuestras lecturas a esos fragmentos de los girasoles!!!

Tiempo de unirnos

«Hasta que no llegué a Occidente y pasé dos años observando alrededor mío, no pude nunca imaginar cómo una extrema degradación ha producido un mundo sin voluntad, un mundo cada vez más petrificado frente al peligro que tiene que afrontar… Hoy todos estamos al borde de un cataclismo histórico, una inundación que se tragará la civilización y cambiará las épocas… El alma humana desea cosas más elevadas, más cálidas y más puras de las que se ofrecen hoy a las masas, desde el estupor televisivo a la música insoportable… La actual conciencia humana, irreligiosa y autónoma, ha fabricado un hombre a la pobre medida de las cosas de esta tierra, un hombre imperfecto, que no se halla nunca libre del orgullo, del interés egoísta, de la envidia, de la vanidad y de docenas de otros defectos. Estamos ahora pagando los errores que no valoramos correctamente al inicio del viaje. En la dirección del renacimiento de nuestros días hemos enriquecido nuestra experiencia, pero hemos perdido totalmente la noción de una entidad suprema, que es la única capaz de contener nuestras pasiones y nuestra irresponsabilidad…”  Alexander Solzhenitsyn, Premio Nóbel de Literatura en 1970

En todo tiempo es el momento de que los pueblos se reconozcan como hermanos, tiempo de unirnos, de entender y vivir la visión de la Unidad. Un sentimiento precioso que le nace a esos seres que se sienten y reconocen como hijos de la misma Madre Tierra. Es momento ya de elevarnos en conciencia y dejar de culpar, delegar y lamentarnos para tomar en nuestras propias manos la responsabilidad de crecer hacia nuestras profundidades, y hacia alturas insospechadas que nos esperan como la gran bendición de este misterio que es la vida.

GIRASOLES AL AMANECER en La Casa del Inca / Montilla – Córdoba
¡¡¡Gracias, Montilla, por avivar con vuestros planteamientos el espíritu del Inca y el de los girasoles!!!
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Cambios de paradigma

Con anterioridad a los primeros manuscritos hubo un extenso periodo de la humanidad, en cuya comparación la historia escrita es relativamente corta, en que los pueblos tenían una visión encantada sobre el mundo en el que vivían. Nuestros cuentos, mitos y leyendas están poblados de hadas, magos, duendes, ninfas y otras formas sutiles que asoman por doquier en los bosques de la infancia.

Antes de la palabra escrita, la transmisión del conocimiento era oral y así iba pasando de generación en generación a través de los cuentos, leyendas y mitos. Después de esta etapa pasamos a un cambio de paradigma, del mythos al logos. En este proceso, que fue lento, las primeras palabras escritas consistieron en códigos religiosos y legislativos. Inmediatamente después surgen las primeras crónicas históricas, concretamente en la Grecia Clásica y en la Antigua Roma. Los romanos tuvieron el afán de poner por escrito sus gestas heroicas –de ahí que el primer género literario sea la epopeya – y es entonces cuando empieza, propiamente hablando, la Historia.

Actualmente, la humanidad se halla ante otro cambio de paradigma. La física cuántica está mostrando lo que hace miles de años afirmaron los grandes maestros del conocimiento, esto es, que lo observado se transforma ante la Mirada del Observador…

Girasoles al amanecer en Torredelcampo – Jaén

¡¡¡Gracias, Torredelcampo, por extraerle un nuevo aprendizaje a los girasoles!!! 

El viaje de Marco

dedicado a Marco Antonio Cortés Montoya, 2008

El viaje de MarcoÉrase una vez un acontecimiento que podía haber pasado en cualquier día del año pero ocurrió el 29 de octubre de 2008. Dicho caso, que a continuación te voy a relatar, le podía haber sucedido a cualquier niño de este planeta azul, pero le pasó a uno que, entre todos los nombres del santoral, fue bautizado como Marco.

¡Sí, así como te llamas tú!

Marco, este muchachito del que te hablo, podía haber sido rubio o pelirrojo, de piel clara y ojos verdosos como los de su padre; pero no, tomó la tez aceitunada y los ojos castaños de su madre. Y también, por qué no decirlo, una dulzura innata en sus rasgos angelicales –aunque este último detalle no se sabe a quién ha de adjudicársele–.

Podía haber vivido este infante en cualquier lugar del país, pero lo cierto es que desde los dos añitos residía en un pueblo de Andalucía llamado Castillo de Locubín…

Como todos los niños de este pueblo, también Marco iba cada día al colegio, pero en la fecha en que sucedieron los hechos ocurrió algo excepcional. ¡Era su cumpleaños! Y con motivo de celebrar esos siete añitos, sus padres le habían preparado un regalo fenomenal. ¡Una excursión para que Marco y sus amigos disfrutaran en un parque de atracciones muy especial!

En el día señalado el otoño les regaló una mañana soleada aunque, todo hay que decirlo, una fresca brisilla sacudía las pocas hojas que quedaban en los temblorosos árboles; un hecho que sin duda anunciaba la cercanía de otro invierno. Las atracciones del Diver Park también lucían invernales y solitarias cuando los cinco niños, bien abrigados, entraron en el parque a media mañana.
– ¿Por qué no hay gente todavía, Marco? –le preguntó al festejado su amigo Jose María.
– Porque mi papá conoce al dueño de este sitio y le ha pedido que hoy nos reserven el parque completo para nosotros solitos –respondió Marco muy satisfecho.
– ¡Qué bicoca! – exclamó Raúl–. Así podremos subir a todas las atracciones sin tener que hacer cola…
– ¡Empecemos por ésa! –Álvaro señalaba el carrusel y ya iba dando zancadas hacia él.
– ¡Esperadme, que yo también quiero marearme! –gritó Jose mientras aceleraba el paso.

cuentame tu cuentoMarco y sus amigos disfrutaron sin límites de todas las atracciones disponibles. Hicieron carreras en los cars, giraron en la noria y el carrusel, saltaron en las camas elásticas, se balancearon en los diferentes autos y ¡hasta algunos hoyos en el mini-golf acertaron!

 Sin embargo, fue a última hora cuando los padres de Marco desvelaron por fin la gran sorpresa que le tenían reservada a su benjamín.
–  Pero, papá, este coche no es ninguna extrañeza. Ya lo conozco de otros parques a los que antes me has llevado…
Marco estaba señalando un gran coche rojo al que su padre, con gran regocijo, le había ido retirando el toldo; hasta que finalmente apareció el auto ante la mirada decepcionada del niño.
– No apresures tanto tus conclusiones, hijo –el papá pacientemente le dijo–. Es cierto que ya te has subido otras veces en este vehículo, pero aún no has viajado en él como es debido. ¡Te lo aseguro!
– ¿Y cuál es la diferencia? –preguntó el niño con el ceño fruncido.
– Ahora la conocerás, ¡y vas a saber lo que es bueno! –dijo el padre mientras aupaba a su hijo en el asiento delantero.

– ¿Para qué sirve este botón, papá? –preguntó Marco, entusiasmado de nuevo, señalándole a su padre una luz roja e intermitente al lado del volante.
– Ese botón es la llave, hijo. En cuanto lo pulses y se ponga de color azul empezará tu viaje. Recuerda que a partir de ese momento ya nada podrás preguntarme. ¡Ahora conduces tú!
El niño pulsó el botón rojo con mucha solemnidad y, para su gran asombro, se activó un mecanismo que rápidamente iba aislando el coche del exterior. Luego los cristales cambiaron de paisaje y el niño ya no pudo ver a sus amigos ni a sus padres. A través de las ventanas observó que la panorámica se deslizaba hacia atrás, como si el coche estuviera avanzando a través de esas imágenes.

– ¡Bienvenido a Fantasía! –dijo una voz desconocida que Marco no supo ubicar–. No debes tener miedo, amigo, porque yo te acompañaré en todo el recorrido. ¿Cómo te gustaría llamarme?
– ¿Carmen? –dijo el niño con un ligero temblor en los labios, o, para ser más concretos, con una mezcla de incredulidad y desconcierto.
– ¡Me gusta ese nombre! –respondió la cantarina voz–. Y dime, Marco, ¿en qué lengua quieres que hablemos, en catalán, en valenciano o en castellano? Tengo entendido que te buscaron en Cataluña, naciste en Alicante y ahora vives en Andalucía…
– ¿Hablar? –preguntó Marco algo mosqueado–. Pero si no nos hemos visto todavía…
– Yo te estoy viendo, amigo; y si tú mirases de verdad también me verías.
–Entonces, ¿qué hacemos? ¿Hablamos, jugamos al escondite, o viajamos? –preguntó Marco mirando con cierta precaución hacia todos lados.
Mientras tanto, ante el viajero se iban deslizando paisajes que Marco jamás había visto antes, ni siquiera en la televisión o en los videojuegos. Una mezcla de imágenes coloridas resaltaba en los ventanales del auto, entrecruzándose para formar dibujos, como si una mano invisible los estuviera trazando. Una y otra vez, el movimiento generaba sin cesar nuevos trazados que pasaban con  rapidez ante la mirada sobrecogida del muchacho, y en seguida se transformaban en otras formas más raras que ni siquiera él, con su dilatada imaginación, hubiese podido fantasear.
– ¡Eh, amigo, no vayas tan deprisa, que a esa velocidad nadie ha entrado en Fantasía! –dijo la voz con suavidad.
– ¡Ya sé! –exclamó Marco–. Esto es un programa incorporado a un navegador, y tú eres un personaje virtual. Pero, ¿dónde estás?
– No te apresures tanto en tus conclusiones, muchacho, que ésa no es la solución –dijo la voz.
Poco a poco, surgió una imagen definida a través de los cristales: un campo primaveral cubierto de amapolas. Tan real le resultó a Marco ese paisaje que hasta pudo escuchar el trino de los pájaros y exhalar el aroma de las florecillas. Por el camino vio que se le acercaba, canturreando, una niña de cabellos morenos; sin prisas, y a cada paso, la desconocida se paraba a coger una flor por aquí y otra por allá.
Para gran asombro de Marco, la niña entró en el auto, se instaló en el asiento del copiloto y, dejando las flores a un lado, se abrochó el cinturón de seguridad.
– Esto no es un programa virtual, amigo –le dijo ella después–. Esos programas sólo sirven para adormecer la imaginación de los niños. Aquí eres tú quien conduce, es tu pensamiento el que pinta la realidad que va asomándose al cristal.
– Y, entonces, ¿quién eres tú? –preguntó Marco con un asomo de timidez.
– Yo soy la voz de tu fantasía. Esto quiere decir que tú y yo, juntos, podemos pintar el mundo como a nosotros nos gustaría –Carmen hizo un guiño travieso– ¿Cómo quieres hacer tu universo particular, muchacho?
El niño se quedó pensativo. Fijó la vista en el cristal del auto y, de repente, observó que ya no estaba el paisaje anterior, sino que eran sus pensamientos los que, mágicamente, iban tomando forma en las ventanas del coche. Vio a sus amigos jugando en el recreo de la escuela, a su maestra escribiendo en la pizarra, a sus abuelos frente a la tele, a su papá entrando en casa después del trabajo, a su mamá arropándole en la noche. Todos sus recuerdos asomaban al cristal y se iban, pero el rostro triste de una de sus vecinas se quedó ahí parado, mirándole, y no quiso marcharse.
– Me gustaría que la gente se riera más –dijo Marco.
– Pues hazlo, amigo –le sugirió Carmen–. ¡Píntale a esa mujer una sonrisa amable!
– ¿Con qué lápiz?
– ¿Es que aún no lo has comprendido? Sólo tienes que mirarla en tu cabeza como a ti te gustaría que ella fuera…
Marco cerró los ojos y se imaginó una sonrisa en aquel rostro. Entonces, para su gran sorpresa, la vecina le sonrió desde el cristal del auto

y después desapareció…

– ¿Por qué se ha ido su sonrisa y sólo ha quedado esa estrella? – preguntó Marco a la voz de su Fantasía mientras su dedo señalaba un brillante lucero.
– ¿No sabes que toda sonrisa se convierte en una estrella? Cualquier noche que no esté nublado, mira hacia arriba un rato y verás que el cielo entero te está sonriendo.
– Entonces, ¿está triste el cielo cuando no se ven las estrellas? –preguntó Marco intrigado.
– ¡Claro que no! –dijo Carmen–. La alegría siempre está. Lo único que sucede es que a veces sólo sentimos las nubes que se le anteponen. Pero, por detrás del nublado, siempre ríen las estrellas en la noche, y el sol durante el día…
el-viento-y-el-sol

– ¡Así es muy fácil ver reír al sol! –dijo Marco con alegría, señalando la imagen que había aparecido en el ventanal del coche–. Este sol no deslumbra ni hace daño en los ojos como el de todos los días…
– A veces, Marco, las cosas nos hacen daño para protegernos. Un daño pequeño puede evitar males mayores –dijo Carmen.
– ¿Cómo quedarse ciego? –preguntó el niño.
– Por ejemplo –respondió ella–, pero yo me refería, más bien, al “daño” que a veces te hacen tus padres o maestros…
– Tú pareces una niña muy mayor, Carmen, pues hablas igualito que la gente grande…
– Tienes razón, Marco, dejemos de parlotear y sigamos con nuestro viaje… Por cierto, ¿qué te gustaría ser de mayor?
El niño pensó en las tareas de la “gente grande” y, como al azar, se imaginó siendo un ejecutivo respetable. Al momento apareció un rostro serio a través del ventanal, ¡el suyo pero con arrugas de crispación y algunos años más!
Rápidamente, decidió que sería mejor convertirse en un hombre de conocimiento, de esos que sabían un montón de cosas sobre física, astronomía, matemáticas o filosofía, pero al instante cambió de opinión cuando a través del cristal vio a un hombre solitario, triste, viejo y cansado.

La profesión de bombero le pareció más emocionante, hasta que los cristales del coche prendieron en llamaradas de fuego.

El miedo condujo a Marco a una tarea más segura, por poner un ejemplo, la de banquero, pero pronto se convirtió en una tortura estar tantas horas contando dinero.

Sin duda era mejor ir, como hacía mucha gente de su pueblo, a la cosecha de la aceituna, y ya se estaba llenando el paisaje de olivos y fardos cuando el frío de la mañana le puso el vello de punta a Marco; decididamente, cogería las olivas verdes y en el plato.

Y así fueron pasando por la mente del niño, y por los cristales del auto, un montón de profesiones que enseguida iba él rechazando. Al final, aburrido ante un viaje tan real, Marco le dijo a su guía, un poquito enfadado:
– ¡Este viaje no resulta muy fantástico, Carmen! ¡Vamos a regresar al parque con mis amigos y mis padres!
– ¡Oh! –exclamó la niña muy sorprendida–. ¿Cómo quieres que regresemos si aún no te he mostrado Fantasía?
– ¿Fantasía? –preguntó Marco extrañado–. A mucha distancia debe quedar ese lugar, si todavía no he visto dragones, ni duendes, ni hadas, ni sirenas, ni héroes… en fin, que hasta el momento sólo he visto gente de todos los días.
– Eso es porque todavía no hemos cruzado la frontera de Fantasía, amigo –dijo Carmen con tono alentador–. Pero, mira, mira hacia el fondo y verás cómo cambia el paisaje y sus colores…

Marco miró en la dirección que la niña le estaba señalando y, para su sorpresa, tuvo que darle la razón a ella.
– ¡Es verdad! ¡Parece diferente! –exclamó–. ¿Habrá gente en ese lugar?
– Eso depende de tu imaginación, amigo, pues tú mismo vas a darle a Fantasía, población y colorido. Así que si no te gusta la gente de todos los días, tendrás que inventarte otra más festiva –dijo Carmen con un tono que a Marco empezaba a resultarle algo irritante.
– ¡Ah! ¡Ya entiendo! –dijo el niño con desparpajo–. ¡Tú estás segura de que, como antes no me gustaba ninguna profesión, puede irme bien la de inventor!
– Para eso se necesita genio y figura, muchacho –le respondió Carmen–, y tú todavía no me has mostrado esas cualidades…
Marco, que ya estaba hasta la coronilla de viajar con aquella niña tan listilla, decidió aplicarse a la tarea de inventor, y poniendo todo su empeño en tan novedoso asunto, se imaginó el mundo así como a él le gustaría que fuera.
Pintó de flores multicolores las montañas y los valles por donde correteaban incontables animales y, para su sorpresa, consiguió que la flora y la fauna hablasen. A todos les pidió consejo de cómo hacer un paisaje perfecto. Sin embargo, unos y otros empezaron a discutir sobre qué era más importante, decorar los asuntos de la tierra, o dedicarse a pintar estrellas en el cielo.
Y Marco, que quería dejar a todos satisfechos, convocó una reunión con los diferentes representantes de su creación:
– Las flores son lo más importante –dijo doña Mariposa–. No le hacen daño a nadie, embellecen el campo y perfuman el aire…

– Pero, que se sepa, no alimentan más que a los insectos –la interrumpió don Manzano–. Nosotros, los árboles frutales ¡sí que somos necesarios!…
– ¿Acaso no tienen más sustancia los cereales? –inquirió doña Cebada.
– No sólo de frutas y pan viven los personajes– intervino doña Ilusión–. ¡Qué sería de Fantasía si sus habitantes sólo pensaran en la digestión!
– ¿Y en qué otra cosa vamos a pensar? –preguntó don Roedor.

– ¡Lástima que Marco no os haya pintado alas! –exclamó don Águila Real–. ¡Bien alto os alzaríais hacia el cielo si supierais lo emocionante que es volar!

– En vez de tanto hablar, todos los que estáis aquí debierais alabarme –dijo don Río–. ¡Pues sin agua no sois nadie!
– ¿Acaso no es más vital el aire? –reclamó don Viento–. ¿Quién puede vivir sin un soplo de aliento?…
Marco, viendo que los componentes de la asamblea no se ponían de acuerdo, los hizo callar a todos gritando:
– ¡Silencio! ¡Ya estoy harto de tanta importancia particular! ¡Todos somos necesarios en Fantasía! En realidad, nos hemos reunido aquí para hacer este lugar más bonito todavía…
Marco dio claras instrucciones a cada personaje de Fantasía. Les dijo que lo más importante era que cada uno realizara su tarea lo mejor que supiera, sin enfadarse ni quejarse.
Luego, antes de iniciar su viaje de retorno, se despidió de todos con mucha alegría, prometiéndoles que algún día volvería de nuevo a visitarles.

– ¡Vaya, vaya, amigo! –sonó de nuevo la cantarina voz de Carmen–. Al final me voy a creer que eres el mejor inventor que he conocido…

Marco miró hacia donde sonaba la cantarina voz y, de repente, vio que Carmen se alejaba ya por el mismo campo por donde antes apareció.

– ¡No te vayas tan deprisa, Carmen! – gritó el niño desde el coche – ¿No ves que hemos llegado al parque y quiero presentarte a mis amigos y a mis padres?
Carmen, desde lejos, se dio la vuelta y le dijo canturreando:
-¡Feliz cumpleaños, amigo! Disfruta de este día tan bonito… ¡Ah!, por cierto, Marco, cuando quieras volver a Fantasía, sólo tienes que llamarme, con auto o sin auto…

La intimidad de la página

Un libro sigue estando vivo mientras su esencia siga latente en la memoria de aquéllos que viajaron entre sus líneas. En mi caso, Girasoles al amanecer sigue viviendo en cada uno de mis discursos pues al expresar su contenido una y otra vez, al recorrer sus pasajes repetidamente, sigo aprendiendo más allá de sus capítulos.

Más allá de los géneros literarios busco la intimidad de la página, el susurro de la medianoche, ése que me hace escribir sobre las cosas que nunca nos planteamos a la luz del día cuando otros asuntos acaparan nuestra atención. Busco ese espacio en el cual escritor y lector se encuentran e intercambian roles, de tal manera que el que escribe está leyendo en su sangre, en sus recuerdos, en sus vivencias…, y el que lee reescribe y reinterpreta sus recuerdos, sus circunstancias y sus percepciones sobre sí mismo y sobre la vida. Busco, en definitiva, crear páginas abiertas a tantas interpretaciones como lectores a quienes lleguen sus contenidos…

Girasoles al amanecer en Alcaudete / Jaén / Dentro del Programa de Actos dedicados a conmemorar el Día de la Biblioteca

 ¡¡¡Gracias, Alcaudete, por mostrarme en este reencuentro que todos hemos crecido un poco más, desde que vine a presentaros Semillas de un sueño!!!

Flechas lanzadas por la vida

Somos flechas lanzadas por la vida, en cada elección marcamos nuestra proyección, nuestro destino, todas las elecciones que hice convergieron en este lugar, en este camino…

Y es cierto que elecciones muy importantes hube de hacer antes de viajar a Perú. Cualquiera podría pensar que cruzar el océano, hoy en día, no tiene nada de extraordinario: muchas personas pueden aprovechar el mes de vacaciones en conocer otros países, más o menos exóticos. En mi caso, sin embargo, fue una cuestión de conseguir más tiempo del que se requiere para hacer turismo. Desde siempre, más que la figura del turista, me interesó la del peregrino, o viajero que se busca a sí mismo en otras culturas o formas de entender la vida. Hay viajes y viajes, pero los más auténticos, pienso yo, son aquellos que nos devuelven a casa como seres diferentes y más acordes con nuestra verdadera naturaleza.

… Sin embargo, lo más extraordinario de esta experiencia es que podría haber sucedido, y puede suceder, en cualquier lugar del mundo. Lo más sorprendente es que las voces que suenan en estas páginas podrían ser, en esencia, las de cualquier persona que se baja un rato del mundo con el propósito de descubrir quién vive bajo los ropajes diseñados por su tradición, cultura o circunstancias vitales…

GIRASOLES AL AMANECER en Ermita Nueva / Jaén

¡¡¡ Gracias vecinos-as de Ermita Nueva, por mostrarnos cuántas flores tienen que brotar todavía en nuestro particular jardín!!!

La experiencia de comunidad

Durante cuatro meses viví en una aldea de Perú, con una comunidad de personas vinculadas por un proyecto de vida que buscaba la armonía con las leyes universales y naturales. Allí comprendí que hay una mirada diferente con la cual se puede aprender de los elementos, las montañas, el olivo, la piedra, el fuego, el agua…, ya que todos/as están hermanados entre sí. Aprendí a basar en el entendimiento las relaciones con los demás, con cada circunstancia, con el entorno; pero ante todo, comprendí que toda comunidad empieza por uno mismo, con lo cual, cada conflicto es un indicativo de cómo nos estamos relacionando con nosotros mismos. Los seres vivos no somos islas, la separación es una ilusión de la mente, una percepción errónea que nos conduce a la enfermedad, una quiebra del equilibrio esencial que necesita la constante conexión con las energías de la Tierra y del Universo… Las cosas son mucho más sencillas de lo que creemos, y una de las bases para alcanzar esa simplicidad consiste en no derrochar nuestra fuerza y salud en complicarlas. . .
Girasoles al amanecer en Cárcheles / Jaén
¡¡¡Gracias, carchelejeños, por esa acogida tan familiar y entrañable!!!

Agradecimiento

El agua como imagen del alma que puede recibir toda clase de impresiones y plegarse a todas las formas, al tiempo e permanece fiel a su esencia propia e indivisa… En definitiva, agua de vida que la Naturaleza nos ofrece de manera gratuita, y que en su curso nos susurra constantemente que también nosotros estamos aquí gratuitamente, por pura gracia… Nuestros antepasados escuchaban este clamor y por eso les nacía el sentimiento más profundo del hombre: la gratitud. Gratitud ni por esto ni por lo otro, ni en más medida ni en menos; gratitud porque podrías no haber sido y te tocó ser…Dice uno de los personajes de Girasoles al Amanecer

“Yo no encuentro palabras, más que para agradecer No puedo pedirle al universo más que el privilegio de vivir cada situación como una oportunidad para dar las gracias. En estos días estoy apreciando la felicidad desde una simplicidad y sencillez que nunca antes experimenté, acogiéndola como un estado de constante gratitud por tanta dulzura con que se deleitan mis sentidos. Nada cambió en el entorno; los mismos colores y formas, los mismos sonidos y olores, los mismos relieves. Y, sin embargo, mis percepciones perdieron su rancio amargor desde que empecé a cambiar mis quejas por agradecimiento…”

GIRASOLES AL AMANECER en MONTEFRÍO – Granada

¡¡¡Gracias, Montefrío, por ofrecerle a los girasoles vuestro mejor escenario así como vuestras artes musicales!!!

El dolor que despierta

Se podría decir que casi siempre es el dolor el que nos despierta. El grito desgarrador siempre abre una grieta en nuestros límites, una apertura mostrándonos que en nuestra casa no había ventanas; entonces descubrimos cómo se nos ha pasado la vida mirando el mismo paisaje de formas y apariencias que se despliegan sistemáticamente ante los tabiques de nuestra percepción. Entonces, como decía el poeta, abrimos un gran boquete en la pared y nos escapamos a buscar la luz, desnudos, locos y mudos, sin discurso ni canción…
… Abrir los ojos a la vida. Esa apertura que os propongo en este discurso y que se desarrolla con más detalles en mi segunda obra, Girasoles al amanecer, se parece mucho a esa inocencia con la que el niño mira el mundo a cada momento; como el que ve por primera vez . . .
GIRASOLES AL AMANECER en ALMEDINILLA – Córdoba

¡¡¡Gracias, Almedinilla, por abrir vuestros corazones y permitir que asomara el mío!!!

El gran libro de la vida

. . . Puedo servirme de la idea de aprender para presentaros mi segunda obra: Girasoles al amanecer. La trama de esta novela está colmada de un aprendizaje vivo en las relaciones con la naturaleza, con el trabajo, con el entorno, en definitiva con uno mismo. Dice la voz narradora: Aquí nadie entrega módulos enumerados de aprendizaje al recién llegado, ni existe un tutor que te examine para aprobarte o suspenderte. El gran libro de la vida se abre cada mañana con la salida del sol, mostrando información de ti mismo a cada momento, en cada pasaje o situación. Es una cuestión propia si decides leer entre sus líneas o prefieres pasar el rato jugando con el despliegue de tu importancia personal…
GIRASOLES AL AMANECER en ÍLLORA – Granada
¡¡¡Gracias, Illora, por vuestra acogida, vuestro calor y vuestra confianza, porque me hicísteis sentir como en casa!!!